Órdenes

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Era agradable cocinar con alguien, jamás lo había hecho, en casa, Marcus solía trabajar siempre hasta tarde y Mery amaba recibirlo con la cena ya preparada. Samuel era gigante, ella le llegaba apenas debajo del hombro y Andrómeda era alta, más alta que Mery, que media un metro y sesenta.

-¿Que piensas? - pregunto Sam mirándola con el rabillo del ojo.

-Que... Eres muy alto.

Samuel rio. Su risa sonaba... No queria ser cursi pero, sonaba a tranquilidad, confianza, ternura.

-Lo soy... Mido dos metros con ocho centímetros.

-Eso es... Mucho... ¿Es complicado?

-Con algunas cosas como la ropa y las puertas pero ya estoy acostumbrado.

-Claro... Lo siento, no debería haberlo mencionado.

-No, no hay nada que no puedas decirme ¿Recuerdas?

No lo recordaba pero era agradable poder confiar en alguien.

-Ah, no solo será cena familiar sino también la preparan juntos - soltó Iris desde la puerta - yo quiero ayudar.

-Claro, ¿Quieres hacer la ensalada? Sam está con las papas y yo estoy preparando el pastel de carne.

-Si - soltó Iris tomando la lechuga - pero tendrás que decirme que hacer y... Cómo hacerlo.

Mery se divertia enseñando a Iris mientras Sam les contaba cosas que habían pasado y Andrómeda no podía "recordar" estaban pasando un rato agradable, el mejor que Mery podía recordar desde que había despertado como Andrómeda.

-Esto me gusta - soltó Iris.

-Esta cocina es hermosa, los acabados de madera, las alacenas... Siento que estoy en la casa de Bilbo Bolsón - dijo Mery, desde la primera vez que había entrado a esa cocina le habia recordado a la comarca.

-Es por esa ventana redonda - respondió Sam metiendo las papas al horno junto al pastel de carne.

-Yo no he visto esa película - soltó Iris.

-¿Cuál? ¿El señor de los anillos o el Hobbit? - pregunto Mery.

-Ninguna.

-No puede ser, yo amo esas películas y también los libros. Más que nada El hobbit porque está Thorin y yo amo a Thorin...

-Thorin era un viejito avaricioso - soltó la voz ronca de Demian en la puerta.

Mery lo miró, tenía el ceño fruncido, los miraba a todos con disgusto.

-Demian, llegaste... Estamos preparando la cena...

-Eso veo. Todos como una gran familia feliz - soltó con acidez.

-No todos, faltan miembros, tú y Helios... - sus ojos verdes la miraron y ella se sintió nerviosa - ammm habrá helado de postre.

-Genial... - soltó con ironia y se alejo de ellos.

-Es un idiota - Soltó Sam.

-No, solo... No confía en nosotros... Y eso es... Obvio si lo piensas... Pero... Con el tiempo se dará cuenta de que... No fingimos y... Cederá.

Miro a Sam, quien la miraba con una ceja levantada.

-Es tu hermano Sam, y los hermanos son lo más sagrado que tenemos en la vida, es lo que tus padres te regalaron, un amigo para toda la vida. Es tu sangre... Tu familia.

Samuel rio.

-Trata de hacer que él lo entienda.

-Ya lo hará...

Entre dos vidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora