La sonrisa del chico de ojos violetas amenaza al pobre príncipe de rizos el cual siente que su corazón está por salirse de su pecho.
Una pequeña sonrisa de lado y una voz seductora que hace temblar hasta las piernas al pobre príncipe.
—¡¿EH?!.
Dice casi en un grito el cual detiene con la mano en su boca.
Lo mira sorprendido con los ojos bien abiertos mientras tapa su boca tratando de no soltar ningún ruido.
—¿Se sorprende? ¿No era demasiado obvio?—El mayor cuestiona com picaria hacia el menor—Realmente me di cuenta apenas llegué.
—Uh no, no ¿Porque no me lo dijiste desde el inicio?—El menor se endereza tomando distancia del mayor—¿Si lo sabías porque no dijiste nada?.
—Bueno, joven no es mi problema ni mi obligación hacérselo saber.
El menor suspiró nervioso mientras jugaba con sus manos.
—¿Eso significa…que puedo dejar de disimular?—Dice con una sonrisa grande y sus ojos brillando de la emoción—¿No?.
—¿Qué?—El mayor se aleja más sin entender la repentina emoción
Cirrus emocionado empieza a aplaudir para sí mismo dando pequeños saltos.
Obviamente para Cirrus la importancia de su matrimonio estaba en segundo plano cuando se trata del apuesto explorador que tiene de cuñado.
El cual con esos ojos violetas lo intimidaban y lo hacían pensar cualquier locura sin importarle todos sus deberes como príncipe.
—No se a que se refiere, no puede pensar algo como eso—Demetrius cambia su expresión pícara a una de asco—No se que locura piensa pero piense en su puesto.
—Ah pero Demi, no me interesa mi posición, no es como si antes de todo esto no hubiera estado con más de uno.
El mayor suspiró molesto rascándose la cabeza incómodo por la sinceridad del menor.
Lo mira incrédulo mientras el otro simplemente le sonríe tiernamente como si lo que acababa de decir hace nada no fuera algo importante.
—¿Usted entiende la importancia de sus palabras?—El menor hace un ademán ignorándolo.
—No me interesa todo lo contrario, cualquiera al que le preguntes en el reino sabrá mucho de mí, algo que si tu quieres también puedes saber.
Con un tono coqueto y seductor el menor se acerca al mayor acariciando con una mano los cabellos sueltos del mayor.
Y una sonrisa que causa asco en el mayor termina guiñando un ojo poniéndolo de los nervios (no buenos).
—Maldito Mocoso—Con un leve empujón el mayor aleja al menor sin golpearlo—No pienses ridiculeces porque yo no tengo los mismos gustos enfermos que tú—Con un tono asqueado se da media vuelta dirigiéndose a la entrada.
ESTÁS LEYENDO
Sentimiento prohibido
FantasyEn un país lejano, donde reina una familia amada y temida por muchos, poseedores de dragones majestuosos, vive uno de los príncipes herederos al trono Cirrus. Obligado a comprometerse con la princesa del reino de las nieves, el príncipe se prepara p...