7 | Etienne

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Ya había pasado casi una hora desde que el príncipe era seguido por tres guardias que trataban de seguirle el paso en los caballos en las zonas boscosas

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Ya había pasado casi una hora desde que el príncipe era seguido por tres guardias que trataban de seguirle el paso en los caballos en las zonas boscosas.

Tratando de no despertar a los dragones cercanos que descansaban bajo las grandes plantas.

—¿Tu crees que llamen al sobrino del rey?—pregunta uno de los guardias sin perderle la vista al príncipe.

—¿Por qué lo dices?.

—Ah es verdad, entraste hace poco vos, el sobrino del rey es el principal guardaespaldas del príncipe Cirrus—Dice mientras señala a Cirrus.

—¿Pero Nilak no es su guardaespaldas?—Dice frunciendo las cejas el guardia menor.

—Si, lo es—Los guardias frenan en seco al ver como el príncipe aterriza en uno de los árboles—Nilak es su guardaespaldas pero el sobrino del rey también.

—Sobrino…

—No son familia de sangre—Menciona el guardia que estuvo callado todo el tiempo—Fue adoptado como sobrino por el rey luego de un incendio en donde perdió a sus padres.

—Entiendo, ¿Pero si es guardaespaldas del príncipe porque no está presente?.

—Salió a las afueras por un trabajo urgente—El guardia mayor se acerca al príncipe—Joven amo, ¿Ha visto algo inusual de lo que tengamos que encargarnos?.

—Por lo visto todas las crías están con su respectivas madres ¿De dónde las sacaron?—El guardia piensa y le da una respuesta.

—Puede ser que sean de las zonas más alejadas del reino, esas zonas donde no es necesario entrar ni vigilar.

—Entiendo, tenemos que volver al castillo.

—Como usted diga su majestad es mejor que esté a salvo.

El príncipe asiente levemente y sube en Void alejándose junto a los guardias que le seguían el paso.

El joven tenía una obvia preocupación por las crías de dragón que han estado cuidando desde siempre, aunque no sean compañeros como Void, él demuestra el mismo tipo de preocupación que muestra para su compañero.

En su estado de ánimo era demasiado evidente esa preocupación ya que no estaba haciendo ningún tipo de truco o algo parecido con el dragón preocupando a los guardias que lo miraban desde el suelo.

Pero su expresión triste cambia a una de sorpresa cuando a lo lejos siente esa extraña magia que viene desde el castillo y aunque sea extraña la reconoce al instante.

Apareciendo una emoción en su interior por lo cual apresura el paso con Void acercándose en un abrir y cerrar de ojos en la entrada del castillo con los pobres guardias que apenas podía seguirle el paso.

—¡Etienne!—Exclamó emocionado el príncipe bajándose del dragón—¡Etienne, Etienne!—Saltando en los brazos de un joven de ojos verdes el cual lo recibe con los brazos abiertos—¿Cuando volviste?.

Sentimiento prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora