15 | Perdón...perdón mi príncipe.

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El ambiente en la sala era tenso todos miraban en dirección a la princesa la cual cabizbaja seguía insistiendo que era su culpa

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El ambiente en la sala era tenso todos
miraban en dirección a la princesa la cual cabizbaja seguía insistiendo que era su culpa.

Demetrius se agacha a su lado dándole a entender que nada de lo que sucedió fue culpa de ella pero ella le negaba insistiendo que si.

—¿Qué hiciste?—A sus espaldas la voz amenazante de Marco se escucha—¡¿Qué mierda hiciste?!

—Y-yo…

—¡Marco no le eches la culpa! ¡Que tu hermano sea un desubicado no es culpa!—Demetrius Exclama molesto pero Marco no retrocede con su pregunta.

—¡Cirrus no reaccionaria de esa manera sin una razón!—Marco se acerca molesto hacia la princesa corriendo de su lugar a Demetrius—¡¿Qué le dijiste?!

—Yo…solamente repetí lo que madre me dijo—Entre tartamudeos la princesa empieza a decir la verdad—E-ella dijo que el comportamiento del príncipe no era adecuado.

—¿De qué hablas?—Demetrius sin todavía querer creer que su pequeña hermana causó tal cosa se acerca a ella—¿Qué te dijo?

—Estaba enojada, dijo que él trataba de tener una relación demasiado cercana contigo…solamente me pidió que le dijera…—Ella toma aire nerviosa—”Deja de actuar como una prostituta” ella me dijo que repita eso mismo—Entre lágrimas la princesa empieza a tartamudear nerviosa.

Todos los presentes se quedan en silencio absoluto, los exploradores se quedan viendo con odio a la princesa y los pocos sirvientes incómodos miran con miedo al joven Marco.

—Y-yo no quería, ella me obligó—Mientras las lágrimas siguen cayendo ella muestra sus brazos todos heridos—¡Tenía miedo!—Ella se limpia las lágrimas sin lograr nada porque siguen cayendo—¿Hermano?

Demetrius sin decir nada se levanta saliendo hacia la entrada del castillo.

—¿Hermano? ¿A dónde vas?—Ophelia le sigue el paso a su hermano el cual ni siquiera frena para responder.

—A buscar al príncipe—Solamente con eso sale del castillo ya con la tormenta en su peor momento—¡Ustedes busquen en los alrededores!

—P-pero Joven…—Con una mirada de reojo fue suficiente para que todos los exploradores y guardias presentes hicieran caso a la orden.

—¡Sí señor!

El viento movía las puntas de los árboles de un lado para el otro con una fuerza inmenso, el cielo era iluminado de vez en cuando por los truenos que retumbaban en él.

Con un nudo en la garganta el joven príncipe montaba a su dragón dirigiéndose hacia el bosque sin un rumbo exacto en donde bajar.

Con dolor en su corazón y lágrimas en sus mejillas que se mezclaban entre las gotas de lluvia el príncipe guiaba a su dragón entre los fuertes vientos.

Sentimiento prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora