It dies, it dies, an it dies
a million little times
Los Negros ganaron la guerra.
Las ciudades se pueden volver a construir, los ejércitos pueden volver a hacerse grandes y la reina puede ejercer su derecho. ¿Pero qué se hace con un corazón roto? Rh...
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And you know damn well For you, I will ruin myself A million little times
—taylor swift
—ILLICIT AFFAIRS house of the dragon | bqelor, 2024
RHAENYRA siempre supo que amar era difícil.
Cuando se habla de amor, ¿a qué se refiere cada persona? No hay un concepto correcto, o uno incorrecto, solo miles de ideas que vagan en cada último rincón de la mente de las personas.
Ser amado es complicado, amar lo es aún más. La gente vive amando, muere amando. Es un tormento que se vive debajo de su propia piel, corriendo en cada gota de sangre dentro del cuerpo, en cada latido, cada lágrima y cada gota de sudor que llevan un trozo de amor diluido, esperando ser bebido por alguien. Ser apreciado.
Los devotos aman a los dioses, los dioses aman sus creaciones. El rico ama el oro y el pobre ama la esperanza, los hombres aman a las mujeres y las mujeres aman a los hombres. Cada lugar del alma se colma de amor. Se llena de dicha.
Un beso, una caricia, una simple mirada puede hablar y escribir. Puede dar señales y redactar cientos de poemas y canciones que alaben.
El amor se vuelve complicado y difícil. Cada vez hay más trabas. Todo se empieza a desmoronar. Pero, si sabes como, puedes tomar esos trozos y juntarlos, repararlos y crear mejores cosas que antes.
Rhaenyra alguna vez tuvo que reparar. Se deshizo y se desgastó por la gente que amaba. Lo entregó todo, la última parte de su ser, cada parte de ella fue un sacrificio que tuvo que hacer para ganar la guerra. Para tomar lo que fuera suyo, gozar de la libertad que sentía podía experimentar una vez se sentara en el trono de hierro.
¿Eso era la libertad?, ¿todo ese sacrificio había valido la pena?
Rhaenyra podía contestarlo. No.
Cada segundo que pasaban glorificándole su victoria se sentía cada vez más incompleta. Tan vacía. Como si fuera solo una coraza que no tiene un corazón que bombee sangre o un alma que la llene. Era un caparazón que existía, vagando entre los pasillos del castillo, como un alma en pena que llora cada vez que se le recuerdan sus pérdidas.
Quería volver al pasado, sentirse llena otra vez. Si dejaba el trono podría ser feliz, si lo cedía, si dejaba de intentar apaciguar el vacío que sentía con cosas materiales, con política, oro o victorias. Si regresaba a ella. Si la tenía de nuevo.
