El origen de las estrellas

Rumanía

Nigel terminó de ajustar los googles en la cabeza de Mikahil y le sonrió con ternura a su hijo

- ¿están bien puestos? -

- si papi, gracias - dijo el niño mientras ponía su peluche en los brazos de su padre - voy a nadar, cuídalo mucho -

- así será campeón -

Nigel tomó el muñeco en sus brazos y se sentó en las gradas mientras veía a su hijo chapotear en la alberca, se veía muy feliz disfrutando del agua, tanto que incluso pensó en que debería de comprar una casa nueva con alberca para el disfrute de Mikahil, el departamento donde estaban era bonito, pero Nigel lo había arrendado solo por seis meses con la idea de que regresarían a Bucarest al finalizar su tratamiento, pero ahora no estaba tan seguro de querer regresar, no después de sentir la mano de Adam junto a la suya, ahora Nigel pensaba en comprar una casa fija en New York, una casa grande con alberca para su hijo, también con un jardín grande y descubierto, ideal para ver las estrellas en compañía de Adam, así Nigel empezó a divagar y sumergirse en un montón de fantasías domésticas junto a Adam y Mikahil, desayunos, tardes de películas, paseos y cumpleaños, tantas cosas que podrían vivir juntos

- Nigel -

Era una fantasía tan vivida que incluso podía escuchar a Adam hablándole

- Nigel...¿estas bien? -

Nigel salió de fantasías cuando vio la mano de Adam agitarse frente a él, al parecer no había sido su imaginación, Adam de verdad le estaba hablando, sentado junto a él en las gradas

- Hola Adam ¿que tal? - pregunto sonriente

- bien, gracias...¿tú estas bien? Parecías hipnotizado y no respondiste cuando te salude -

- estoy bien, lo siento...estaba muy concentrado en algo, teniendo una visión maravillosa-

- no sabia que eras vidente -

- no lo soy, pero yo me encargo de que esa visión se vuelva realidad -

Nigel sonrió al mismo tiempo que guiño un ojo hacia Adam, si, estaba coqueteando, aunque al parecer a Adam le tomo un poco procesarlo, diez segundos antes de que un suave rosa coloreara sus mejillas

- bueno...yo vine a buscarte para hacerte una invitación -

- acepto -

- aún no te digo a dónde -

- no importa dónde sea, apuesto a que será un sitio genial como el planetario -

- no se si sea genial, pero si es muy delicioso, hablo de una cafetería -

- ¿me estas invitado un café? -

- o un jugo, o pancakes o fruta...no sé cuales sean tus hábitos de desayuno - explicó sin entender la frase de coqueteo - Mikahil también puede ir -

- ¿Cómo un desayuno familiar? -

- desayuno entre amigos, mejor dicho, Beth estará ahí y también conocerás al señor Harlan -

- ¿Harlan? El amigo de tu padre -

- si, de que te conté el otro día -

- ahh, si, lo recuerdo, será un gusto conocerlo - Nigel agregó con voz más seria - ¿Beth estará de acuerdo con que yo vaya? -

- claro ¿por qué no habría de estarlo? - Adam guardo silencio un segundo y después añadió - Beth dijo que fuiste grosero con ella la otra noche ¿es cierto? ¿Hay algun problema entre ustedes? -

Nigel enarco una ceja, así que la muy mustia había ido a quejarse con Adam, bueno, dos podían jugar ese juego

- yo no fui grosero, solo le pregunte si estaba celosa -