05 | a mental ruin

53 11 1
                                    

05

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

05. UNA RUINA MENTAL

La brisa marina, impregnada de sal, danzaba caprichosamente, como un presagio de las desventuras que acechaban al linaje Targaryen. Los susurros del destino resonaban en los pasillos de piedra, y más de uno había percibido ya la sombra de la perdición. El corazón de Alyria, siempre sereno, ahora latía con el ritmo frenético del temor, agitándose cómo una débil hoja en la tormenta cada vez que era convocada ante el consejo.

Los encuentros diplomáticos con el príncipe heredero, Jacaerys, se habían tornado más frecuentes, una danza peligrosa que amenazaba con develar los arcanos secretos que Alyria guardaba celosamente. Sin embargo, no era esto lo que más atormentaba su alma, sino las lenguas que en Dragonstone murmuraban sin piedad sobre la joven enviada a lidiar con los augurios de una guerra inminente.

¿Quién, en aquel nido de intrigas, se preocupaba por la heredera de una noble casa, dueña de minas de diamantes? La respuesta era tan simple como cruel: nadie. Salvo el príncipe heredero, cuya prometida observaba con ojos de águila el creciente interés de él.

La hija de Daemon, sangre de dragón, leyó las palabras del mensaje que traía el cuervo y sus ojos se llenaron de un brillo único, ni siquiera su hermana lo había visto alguna vez:

"Lady Alyria Cygnet de Diamantina, espero este mensaje llegue sola y únicamente a usted. Su prometido espera su regreso con ansias, la casa Lannister desea con grandeza realizar la ceremonia en su Gran Honor y formar una alianza requerida en estos tiempos turbulentos.

- Leo Lannister.''

"Prometido", la palabra resonó en la mente de Baela como el golpe de una campana fúnebre. Sabía que Lady Cygnet era un cofre de secretos, pero jamás imaginó uno de tal magnitud, menos aún considerando el tiempo que pasaba junto al príncipe, su propio prometido. Con determinación, ocultó el pergamino en los pliegues de su vestido y se dirigió a la habitación de Alyria, quien no la había abandonado en toda la mañana. Frente a la imponente puerta de madera, Baela inhaló profundamente, más antes de que pudiera abrirla, esta cedió, revelando al príncipe Jacaerys saliendo. El tiempo pareció detenerse para los tres, congelados en un instante de revelación.

— Baela... —musitó el príncipe con voz ronca por la sorpresa, dejando ver a Alyria, con ojos llorosos detrás de él.

La mente de Baela se pobló de lo peor, pero la vulnerabilidad en el rostro de Alyria la hizo dudar. Una brisa fresca se coló por el pasillo mientras Alyria, limpiando sus lágrimas, intentaba apresuradamente despedir a Jacaerys, ignorando por completo la presencia de Baela.

— ¿Qué significa esto, Jace? —inquirió Baela, su voz cargada de furia contenida y sus ojos reflejando la ira de un dragón— ¿Hay algo qué deba saber?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

cruel summer, j. velaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora