Capítulo 12

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Se dirigió a su habitación para comprobar que en la noche, cuando fue a cenar con Frank, habia llevado otro pañuelo.

- Qué extraño...no recuerdo haberlo puesto en la maleta - susurró.

Intento recordar cuándo fue la última vez que lo usó.
Cuando lo acerco a su rostro para sentir su aroma, su corazón se paralizó.
No tenía su perfume, sino el de él.
Tener aquello en las manos masculinas había impregnado la prenda que, para Victoria, aquella fragancia era totalmente reconocible.

-Es imposible...- penso.

Y en ese preciso instante recordó que el conserje le había dicho que lo había olvidado en un restaurante. Claro, el único al que habían ido juntos.

Tuvo que sentarse sobre la cama unos minutos porque se sentía aturdida.

Aquello era impensado. Se levantó y bajo rápidamente para ir hacia la recepción del hotel.

- Sorry ma'am, the previous janitor has just been relieved.
(Lo siento señora, el anterior conserje acaba de ser relevado.)

La intranquilidad que se sentía incluso le había quitado el apetito. Pero luego cayó en cuenta que eso sería un sueño. Heriberto con una esposa embarazada, ¿que haría viajando a Londres?

Fue un cachetazo de realidad. La idea era tan absurda que termino sonriendo por haber sido tan estúpida de pensar en eso.

No conforme, entonces, necesitaba saber quién había sido la persona que dejó en el hotel aquella prenda.
Decidió entonces, llamar a Regina.

- Aún no estás decidida...

- Es una gran oportunidad. Un contrato por una año para exponer en el Maddox Gallery no es una propuesta para desaprovechar.

- De todas maneras piénsalo bien Victoria. ¿Quieres quedarte allá un año?

- Si, de todas formas debo regresar a México para cerrar algunas cosas allí. Pensé que me apoyarias a que lo hiciera.

- Eres mi amiga, quiero lo mejor para ti pero no voy a negarte que es un salto importante y que... claramente voy a extrañarte.

- Puedes venir aquí a visitarme.

- ¿Y tú realmente quieres eso?

- ¿Que vengas a Londres? - rio.

- No, me refiero a quedarte.

- No lo sé, por eso quería consultarte. Quizás sí. Aún no esta decidido.
Debo dar una respuesta en estos días.

- No firmes nada sin antes decirme. Prométemelo.

- Está bien, lo prometo. - Regina, quería hablar contigo sobre otro tema.

- Te escucho.

- ¿Has sabido algo de Heriberto?

- No desde que te fuiste.

- ¿No se ha intentado comunicar contigo?

- No... dijiste que no querías saber nada de él. ¿Qué sucede?

- Un hombre dejo un pañuelo aquí en el hotel que olvidé en un restaurante cuando almorcé con Heriberto.

- ¿Que?!

- Así como lo oyes.

- ¿Estás segura que era el mismo?.

- Si Regina, conozco mi ropa y ese pañuelo precisamente no lo había empacado. Es más, desde hacía tiempo que no lo veía entre mis cosas.

MIO - La Obsesion Del Cincel -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora