Capítulo 18

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Se zambulló en la unión de sus piernas pero solo beso la piel que rodeaba su sexo. Tembló cuando sintio su aliento allí y le respiro sobre sus pliegues.

- Hacía tiempo que no saboreaba este helado que tanto me encanta.

Victoria se humedeció solo con esas palabras acompañadas de aquella voz potente.
Y más aún cuando sintió que con los pulgares, separaba su carne para que finalmente con su lengua iniciara su viaje en un recorrido que iba de norte a sur lentamente, tan lento como abrumador; abriendo su doblez e internadose en el punto superior donde sabía que ella enloquecía.

Luego bajaba nuevamente y volvía subir alternando con los labios cuales succionaban lo que encontraban a su paso. Ella jadeó con cada lamida mientras que él seguía deleitándose comiéndose aquel manjar.

Beso aquellos labios en círculo y comenzó tocarla con los dedos. Los introducía en su interior y volvía sacarlos. Comenzó entonces a dar fuerte lametones con la lengua extendida y presionando sobre el inflamado botón superior. Así se mantuvo varios minutos y Victoria comenzó a apretar la funda del sillón. El orgasmo estaba cerca...

- Deliciosa...- susurró mientras la veía cerrar los ojos y disfrutar. Quería que sintiera que sería el mejor sexo oral que pudiera recibir en su vida. Y así fue.

Entonces Heriberto fue mas allá y extendió la zona de sus lametones hacia atrás y la mujer abrió los ojos para levantar apoyándose en sus codos.

- No...

-¿Por que? - Pregunto aunque ya era tarde.

Ella cerró los ojos y volvió a acostarse.

- Dios...Heri...
Balbuceaba porque no podía hablar del placer de sentir como su lengua iba de un extremo a otro de sus entradas más íntimas. Unos segundos en los que se oía el movimiento de su lengua por aquellas zonas que explotó de tal manera que la hizo retorcerse.

Su cuerpo se sacudió tembloroso. Sin dudas había sido el orgasmo más potente que había tenido.

Heriberto se quitó la ropa para entrar en ella esta vez con su erección palpitante. Pero ella, recobrando el aliento... lo detuvo.

- No, es mi turno.

Lo hizo recostar sobre el apoyamanos y lo beso en los labios de manera ardiente.
El tomó su cabeza enredando sus dedos con el cabello para seguir profundizando el beso. Si fuera por sus ganas ya la tendría cabalgando encima suyo pero ella tenía otros planes.
Era su turno de saborear ese postre...

Entonces acaricio su pecho con la punta de los dedos y fue bajando con suaves besos en lo que Ríos tuvo que cerrar los ojos para prolongar el momento.

Rodeo la base de su dureza con sus dedos índice y pulgar para posar sus labios sobre la cabeza de aquella ereccion y empezó a mover la lengua alrededor y en el pequeño orificio por unos momentos. Heriberto se echó para atrás al tiempo que le masajeaba el cabello.

No tardó mucho tiempo hasta que introdujo casi todo el miembro en su boca. Lamio de arriba abajo, casi no permitiendo que entrara aire entre sus labios y lo que se hallaba dentro; despacio comenzó a apretar la base con la mano con la que lo estaba agarrando y nuevamente empezó a moverla.

Realizaba un movimiento contrario al de sus succiones, de tal manera que su mano y su boca se encontraban a la mitad; poco a poco fue acelerando el ritmo haciendo que él ya casi no aguantaba tanto placer.

- Espera, mi amor, no...no quiero que acabe así. Y si sigues...

Ella sonrió y lo saco de su boca.

- Recién comienzo...

MIO - La Obsesion Del Cincel -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora