Teacher's Pet | Katsudeku

II. Executive Lunch.

— Estos enclenques — Murmuró Midoriya sobando su puente nasal, estaba harto — No voy a repetirles de nuevo.

El teléfono en su bolsillo sonó en señal de un mensaje, deslizó y era un mensaje de Kacchan.

"Kacchan 💣💥

Nerd, a la una en el lugar de siempre."

Una sonrisa se formó en su rostro, era realmente feliz.

— UYTUTUYYYY — Los estudiantes entonaron — El profe tiene novio, el profe tiene novio.

El timbre se hizo presente, significando el final de sus clases.

— No se olviden del trabajo mañana en mi escritorio a las ocho, nos vemos — Recogió sus cosas apurado, en media hora vería a su amigo.

— El profe tiene novio lo tiene en el corral, se besan y se abrazan, se casan y se van! Aleluya! Aleluya! Midoriya tiene musa, Aleluya! Aleluya!

Ignoro las voces de sus estudiantes y salió corriendo al baño. Tenía que verse presentable, pero desde cuando le importaba lucir bien ante Katsuki? Ignoro por segunda vez en el día, acomodo sus mechones verdes y sonrio, su cicatriz se veía igual de asquerosa que siempre pero no le dio importancia, por tercera vez en el día y camino a su punto de encuentro.

Abrió la puerta cerrándose sus ojos por la luz tan fuerte a esa hora por los rayos del sol. Saco su teléfono y puso su mano en un intento de mirar la hora en la pantalla del mismo, se golpeó en su frente al recordar que usaba reloj, un reloj con temática del grandioso Dynamight, cortesia del mismo también.

Camino hasta el fondo del techo del edificio. Ese era su punto de encuentro con Kacchan cuando era para almorzar o cenar o simplemente, hablar de sus vidas.

El sonido de unas explosiones se acercaban, era el héroe con un par de cosas en su espalda pegadas con lo que parecia ser...¿Cinta?

— Kacchan, ¿Que traes en la espalda?

— Hola Izuku también me da gusto verte — Saludo el héroe revolcando el cabello verdoso — No planeabas broncearte, ¿o si? — Izuku negó — Entonces de la agencia decidí traer una mesa y dos sillas desarmables — Coloco los objetos  casi al borde del edificio, con la intención de unas buenas vistas — Y la cinta es de Sero, por fin hace algo util con esas cintitas — Se quito el antifaz — Ya viste ese mostacho de mierda que se está dejando? Se le ve de puta madre — Se rió el mayor.

— Nunca cambias — Solto negando con la cabeza. Katsuki podría haber madurado pero jamás dejó esa personalidad tan el, y eso era su encanto.

— ¡Hey! Al menos me tomé el tiempo de pensar en tu estupido trasero — Se excusaba el cenizo.

— Me extraña araña — Abrazo al rubio — Gracias Kacchan por pensar en mi — Lo miro y un tenue carmín se apoderaba de sus mejillas — Por cierto, ¿Que vamos a comer si no trajimos nada?

— La que tengo aquí colgada — Izuku le miró mal, su amigo hacia bromas algo pasadas de tono — Está bien, ¡no podía traer todo de un solo Izuku! Siéntate ahí ya traigo el almuerzo — Y dejo el lugar alejándose con sus explosiones.

Hizo caso omiso a lo último dicho por el héroe y se sentó, mirando el panorama donde se admiraba a la sociedad siguiendo su curso y las nubes despejando el cielo con un hermoso azul.

Recuerdos junto a Bakugo lo bombardearon. ¿No podía ser más perfecto ese cabron? Seguramente no, todo en Katsuki era perfecto, desde su físico hasta su personalidad, sus sentimientos y emociones eran dignos de admirar y puede estar seguro de ser la única persona que conocía todo aquello del ojirubí. No necesitaba una credencial que especificará que era su fan número uno, era algo obvio. El es su fan desde que eran niños hasta el día de hoy y toda mercancía que sacaban del héroe Izuku la tenia al por mayor.