Milk y Love, dos chicas con un pasado entrelazado por el amor y el dolor, se encuentran nuevamente como vecinas y compañeras de universidad. Mientras navegan por las turbulentas aguas del rencor y la reconciliación, nuevas amistades y desafíos pondr...
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Love estaba inquieta, sentía un nudo en el estómago que no desaparecía. Sabía que el plan era reunirse con el grupo en casa de Namtan para trabajar en el proyecto, pero no era solo eso lo que la tenía tan nerviosa. Milk había salido a comprar algunas cosas necesarias para el trabajo, y pronto volvería para que se fueran juntas. La idea de que Milk y Chimon se encontraran por primera vez en ese contexto la hacía sentir incómoda, especialmente porque él nunca había estado en su departamento.
El timbre sonó, rompiendo el silencio y sobresaltándola. Love respiró hondo y se dirigió a la puerta, sintiendo el corazón latir más rápido a medida que se acercaba. Al abrirla, allí estaba Chimon, con una sonrisa amplia, como si todo estuviera bien. Love no pudo evitar sentir una mezcla de sorpresa e incomodidad al verlo ahí, en la puerta de su departamento.
-Hola, Love -dijo Chimon, entrando sin esperar invitación y mirando el lugar con curiosidad-. Así que aquí es donde vives ahora.
-Hola… -respondió ella, cerrando la puerta detrás de él y tratando de disimular el nerviosismo en su voz-. No esperaba que… llegaras tan rápido.
El chico le lanzó una mirada curiosa mientras continuaba explorando el lugar con la vista.
-Bueno, quería aprovechar para verte, ya que no hemos pasado tanto tiempo juntos últimamente. -Se giró hacia ella y se acercó, con la misma sonrisa encantadora-. Además, tenía curiosidad por conocer tu nuevo lugar. Es la primera vez que estoy aquí, ¿sabes?
Love asintió, sintiendo una pequeña punzada de incomodidad al recordar la tensión con sus padres y el cambio de universidad que habían decidido hacer después de eso. El hecho de que él nunca había estado allí hacía que la situación fuera aún más extraña para ella.
Chimon se detuvo frente a ella, su mirada se suavizó y levantó una mano para acariciar su mejilla.
-Te he extrañado mucho, Love. -Su voz sonaba genuina, pero había una ligera urgencia en su tono-. ¿No vas a darme un beso?
La pelinaranja sintió cómo su cuerpo se tensaba. Dudó un instante, y antes de responder, echó una rápida mirada hacia la puerta, temiendo que la pelinegra apareciera en cualquier momento. No quería que se cruzaran, y la posibilidad de que eso ocurriera la hizo sentirse aún más nerviosa. Forzó una sonrisa y se inclinó para darle un beso en la mejilla, sin mucha convicción.
Chimon frunció el ceño, sin poder ocultar su descontento.
-¿Eso es todo? Vamos, Love, ¿qué sucede? -Su tono era un poco más insistente esta vez, mientras observaba cada expresión en su rostro-. Estás actuando extraña…
Ella tragó saliva y trató de disimular, pero sintió el corazón latir con fuerza al escuchar unos pasos acercarse a su puerta. Con un impulso rápido, tomó la mano de Chimon y lo dirigió hacia el pequeño sofá en la sala.
-Siéntate un momento, ¿vale? -le dijo, sonriendo con un esfuerzo visible por sonar casual-. Voy a buscar algo en mi habitación, solo será un segundo.
