Milk y Love, dos chicas con un pasado entrelazado por el amor y el dolor, se encuentran nuevamente como vecinas y compañeras de universidad. Mientras navegan por las turbulentas aguas del rencor y la reconciliación, nuevas amistades y desafíos pondr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era lunes por la mañana, y Milk entraba a su primera clase del día con la mente un poco dispersa. Recordaba los incómodos intentos de Love por llamar su atención el día anterior. Primero, estaba el incidente con la manguera.
Milk había salido a tirar la basura cuando, de repente, Love decidió que era el momento perfecto para regar el pasto. Como era de esperarse, la pelinaranja pisó la manguera sin darse cuenta, lo que provocó que el agua saliera disparada en dirección a Milk, empapándola por completo. La imagen de su vecina en pánico mientras trataba de disculparse apresuradamente la hizo esbozar una sonrisa irónica. En ese momento, Milk apenas dijo una palabra antes de volver a su departamento, dejando a Love parada y avergonzada.
Luego, cuando Milk intentaba concentrarse en su tarea, los acordes de una guitarra resonaban a través de las paredes, distrayéndola por completo.
"Debe estar haciéndolo a propósito", pensó Milk, aunque sabía que era solo su frustración hablando.
Finalmente, soltó un suspiro al recordar su agotador día de ayer.
"¿Por qué tiene que estar tan cerca todo el tiempo?", se preguntaba. Además, no solo en un sentido figurado. Desde sus balcones, si se acercaban lo suficiente, podían ver los dormitorios de la otra. Algo que Milk había descubierto accidentalmente la noche anterior, cuando, al cerrar las cortinas, cruzó miradas con la pelinaranja.
Antes de que pudiera concentrarse más en sus pensamientos, Namtan, su mejor amiga, notó su distracción y le lanzó una mirada inquisitiva.
-¡Ey! ¿Estás aquí o qué? -le susurró Namtan con una sonrisa pícara-. ¿Te pasa algo o es tu misteriosa vecina la que te tiene volando?
Milk negó con la cabeza, pero antes de que pudiera responder, la puerta del aula se abrió, y el profesor entró.
-Buenos días, clase -dijo el profesor, captando la atención de todos-. Hoy tenemos una nueva incorporación. Les pido que presten atención.
Milk, todavía inmersa en sus pensamientos, apenas levantó la vista.
"Un estudiante nuevo, lo típico", pensó. Pero entonces, el profesor volvió a hablar.
-Adelante, pasa.
La puerta se abrió, y la pelinegra levantó la vista casi por instinto. Su respiración se detuvo por un segundo al ver quién estaba allí.
Love.
La chica que había estado tratando de llamar su atención durante todo el día anterior ahora estaba frente a la clase, con una ligera expresión de timidez. Milk se quedó inmóvil, completamente sorprendida.
Love echó un vistazo alrededor del aula, claramente nerviosa, hasta que sus ojos se encontraron con los de Milk. Su sonrisa vacilante desapareció al instante, y ambas se quedaron congeladas por un momento.
