ᴾ⁷!

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Al día siguiente, los primeros rayos del sol se filtraban por las cortinas de la habitación de Love

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Al día siguiente, los primeros rayos del sol se filtraban por las cortinas de la habitación de Love. Ella fue la primera en abrir los ojos, un poco desorientada por el sueño profundo, hasta que notó la figura junto a ella. Milk estaba allí, acostada en su cama. Una sonrisa suave apareció en sus labios al recordar los eventos de la noche anterior, y cómo habían terminado conversando hasta tarde. Sin saber cuándo, Milk debió haberse subido a la cama.

Love la observaba detenidamente, notando lo tranquila que parecía mientras dormía. Sus pensamientos volvían a lo que Milk le había contado la noche anterior. Todo el dolor, las pérdidas, las disculpas... y el alivio de haberse sincerado. Justo en ese momento, Milk se movió levemente, y su cabello oscuro cayó sobre su rostro. Sin pensarlo mucho, Love estiró la mano para apartar suavemente ese mechón, pero justo cuando sus dedos lo rozaron, su mayor abrió lentamente los ojos, parpadeando varias veces para adaptarse a la luz que inundaba la habitación.

Los ojos de Milk se entrecerraron al recibir el impacto del sol directo en su rostro.

-Buenos días -dijo Love en un susurro, sonriendo suavemente.

Milk, aún medio dormida, abrió más los ojos al darse cuenta de dónde estaba, y de un salto se apartó de la cama, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo.

-¡Ay, por favor! -exclamó Milk mientras intentaba incorporarse rápidamente, con las mejillas ligeramente sonrojadas-. Estoy bien, estoy bien.

Love se inclinó sobre la cama, preocupada.

-¿Estás segura? -preguntó entre risas.

-Sí, no te preocupes, todo en orden... aunque no sé cómo acabé en tu cama -respondió Milk, mientras se rascaba la cabeza-. Supongo que fue más cómoda que el suelo.

Love soltó una pequeña carcajada.

-No te culpo. Debió haber sido a mitad de la noche... pero, oye, no tienes que irte aún, ¿o sí?

La pelinegra se congeló y miró rápidamente el reloj en la mesita de noche de Love.

-¡Maldición! Namtan va a llegar a recogerme... -dijo Milk mientras buscaba su celular, pero se dio cuenta de que se había quedado sin batería-. ¿No puede ser? ¡Mi teléfono!

Milk se levantó rápidamente, dirigiéndose al balcón de Love, intentando abrir la puerta.

-Eh, ¿qué haces? -Love la detuvo, un poco preocupada-. Puedes salir por la puerta principal. El balcón está mojado por la tormenta de anoche, podrías resbalarte.

Milk se detuvo un segundo y la miró con una expresión como si recién hubiera caído en cuenta de lo obvio.

-Mis llaves están en mi departamento... -dijo Milk, llevándose una mano a la frente-. No puede ser... ¡qué idiota soy!

La pequeña chica rió suavemente ante la frustración de Milk, quien pasó con cuidado al otro lado del balcón y notó el desastre en su habitación: parte del piso estaba completamente empapado.

𝐑𝐞𝐭𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨〃𝐌𝐢𝐥𝐤𝐋𝐨𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora