Parte 11: Inevitable

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La sociedad de los cazadores de recompensas del fondo del océano es muy particular. Todas ellas son de distintas especies, y se caracterizan por ser los más hostiles, fuertes agiles, peligrosos y muy probablemente las menos equilibradas mentalmente de sus especies. Ellos veían su trabajo de forma apasionada casi como un deporte, la mayoría trabajan solos, difícilmente había amistad entre ellos, la traición era su segundo nombre, y solo podías salvarte de ellos si les ofreces algo con más valor, si no es así, puedes darte por muerto o por muerta.

Aunque son temidos por la sociedad marina, no son nada respetados ni bienvenidos, razón por las que ellos se reúnen en bares alejados de las ciudades marinas.

Como todo negocio, hay cazadores de recompensas eficaces y otros que la palabra ineptos le quedaba a la perfección. Pero entre todos ellos había uno que rompía con los esquemas, uno que no es eficaz ni mucho menos inepto, un cazador que no es respetado por sus compañeros, no es temido, tampoco es el peor de todos. Pero hay una cualidad de él que inquietaba a todos, y es que es muy impredecible.

Varios vehículos acuáticos manejados por una horda de peligrosos cazadores de recompensas se dirigen a un destino en común, una especie de granero que funciona como bar donde suelen jugar luego de cumplir con sus labores y cobrar sus respectivos honorarios, allí podían apostar carreras de caracoles, jugar, comer y beber. Todos se estaban divirtiendo bebiendo y bailando entre ellos como si no hubiera un mañana, hasta que uno de ellos logra divisar una figura acercándose al granero. -¿Qué es esa... cosa? – Uno de los cazadores completamente ebrio pregunta quitándose los lentes en forma de corazón que tenía puestos.

Esto llama la atención de un trio de cazadores que se encontraban a su lado, ellos miran en dirección donde miraba su colega y también logran ver a una figura acercándose, pero a diferencia del alcoholizado cazador, ellos reconocen muy bien quien se acerca, y no era algo que les alegrara particularmente.

-Mira eso. Otra vez es él. – Uno de ellos dice fastidiado, pues al igual que sus colegas, lo conocía.

Es ese mutante otra vez. – Otro de ellos dice molesto por la presencia del cazador que se acerca al granero. -Andando, no vamos a dejar que ese idiota arruine mi viernes. – Los tres van a la entrada para encarar al odiado cazador de recompensas y dejando solo a su compañero ebrio.

-¿Apoco hoy es viernes? – El cazador borracho dijo mientras intenta ponerse de pie sobre la mesa en la que estaba acostado, aunque claro, sin éxito.

Afuera del granero, aquella figura estaba tarareando una canción mientras contaba el dinero que tenia en sus tres manos. Así es, tres manos.

-500, 600, 700 y... 400, listo. Ese tonto se lo merecía por no pagarme con cambio. Creo que con esto podre sacarla de allí, pero primero un poco de veneno para quitarme esta sed. – Darrek es un cazador de recompensas de unos 27 años de edad con pocos escrúpulos, o de plano ninguno, podía ser impredecible y calculador, pero en el fondo es muy ingenuo. Este es de una especie marina completamente desconocida, razón por la que le llamaban mutante o fenómeno.

Su piel es purpura pero puede cambiar de color dependiendo de sus emociones, tiene tres brazos, dos en su lado izquierdo y una en su lado derecho, también tiene tres ojos y posicionados al igual que sus brazos, pero el detalle era que cada vez que parpadeaba sus ojos cambiaban de color, en sus hombros habían unas aletas delgadas de color verde y translucidas con detalles muy hermosos, su cabello son escamas con franjas de color negras y blancas que podían moverse, su cabello podía erizarse y hasta crecer o encogerse de un segundo a otro según sus emociones. Su vestimenta al igual que su especie y personalidad es muy rara, es un vestuario similar a uno de la época victoriana para hombre pero muy desgastada y con detalles de metal como hombreras o púas alrededor de su cuerpo, seguramente para protegerlo durante sus labores, llevaba siempre consigo una mochila de princesas muy sucia donde tiene casi todas sus armas pero su favorita era un guantelete en su mano derecha ya que tiene tres garfios y podían expulsarse sujetadas con cadenas, y por último, tenía un paliacate rojo en el lado izquierdo de su cabeza, como si escondiera algo.

Krakens y Sirenas 2: Maravillas del OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora