Parte 9: Tres Corazones

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Advertencia: Mucho texto y algo de contenido gráfico (se recomienda discreción) 





La noche en el reino de las sirenas había caído, las luces en los edificios del reino estaban apagadas, todas las calles también, y lo único que la iluminaba eran burbujas de colores, miles y miles de burbujas estaban encendidas en las manos de varias sirenas, mientras cantaban una bellísima melodía en un idioma desconocido.

Esto lo hacían para hacer tributo a las sirenas caídas en aquel brutal ataque por parte de las "krakens" y también para rezar a Prema por la invasión que llevaran a cabo en un par de días. Absolutamente todas las sirenas se habían unido a esta melancólica celebración, pero en un balcón se hallaba un malvado dios quien veía este tributo como si fuera una comedia. No dejaba de carcajear mientras comía unos peces.

Una niña se acerca al balcón y se pone a lado del dios para admirar el tributo que estaban llevando a cabo las sirenas. La niña era Lolu, quien se une a su amo para ver el evento.

-¿Que se supone que están haciendo, amo? – Lolu pregunta curiosa al ver a las sirenas cantando pacíficamente con las velas en sus manos.

-Es un tributo a los muertos, ellas rezan para que sus almas lleguen al paraíso. Hablan en un idioma similar al sumerio. Lo que no saben esas tontas es que el paraíso no existe. – Zordax carcajea con la boca llena, la idea de que las sirenas estuvieran rezando por prácticamente nada le generaba mucha gracia.

-Entonces... a donde van sus almas? – La niña de bronce cuestiona con curiosidad.

El dios para de comer y voltea levemente para ver el rostro de su hija con seriedad, mientras parte de su rostro era iluminado tenuemente por las luces en las esferas del reino. -No querrás saberlo. – El dios simplemente respondió.

No era la respuesta que la pequeña Lolu esperaba, pero decide no continuar con el tema porque se sentía algo intimidada por su padre.

En el fondo Lolu se sentía algo culpable por lo que ella junto con su amo y Fang le habían hecho al reino de las sirenas, y era algo que le estaba persiguiendo, incluso cuando dormía. -Sabe amo, no entiendo porque hacemos esto. ¿Por qué no los dejamos y hacemos una vida como una familia? –

Zordax se pone un poco irritado al principio, pero guarda la calma sabiendo lo tanto que le hace falta por aprender a su hija. -Me arrebataron todo lo que tenía. Mis poderes, mi trono, ...mis hermanos. – Zordax aprieta su puño al decir lo último, hablar del tema de sus hermanos era muy delicado para el dios. -Tus tíos eran las deidades más sabías y dulces que he conocido en mi vida. Y cuando me los quitaron, fue como si me hubieran arrancado el corazón. –

Lolu toma la mano de su padre y lo masajea gentilmente, Zordax voltea a ver a su hija, al inicio le molestaba un poco que la pequeña le tocara la mano, pero al ver su tierno rostro y la clara intención de hacerle sentir bien, esa molestia se había transformado en una ligera sonrisa.

-Lo entiendo amo, yo también sentiría lo mismo si me quitaran a usted o a mi hermano. Me hubiera encantado conocer a mis tíos. – Lolu imagina como habrían sido convivir con sus tíos, Enola la diosa de la tierra y Swifter el dios de los cielos.

-Los conociste una vez, pero fue por poco tiempo, todavía eras muy pequeña, rosita. – Zordax acaricia el cabello de bronce de Lolu provocando que de la boca de la pequeña salgan pequeñas risas.

Krakens y Sirenas 2: Maravillas del OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora