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Abrió los ojos cuando el día apenas comenzaba, milenios de la misma rutina, es difícil dejar los hábitos de siglos de existencia, por lo que a su pesar inevitablemente se había despertado demasiado temprano. El sol apenas comenzaba a salir, la tenue luz bañó suavemente el inmenso palacio con los rayos dorados delicadamente cálidos, los únicos que el mundo tenía ahora gracias a Elios.
Posó su mirada somnolienta en el traje formal correctamente doblado, colocado al borde de su cama. Phoebe se lo había dejado a la mano para ese día.
Soltó un gemido exasperado, se tapo hasta la cabeza de las mantas y almohadas de la cama. No quería levantarse y tener que ponerse ese estúpido traje. Estaba haciendo muecas de solo pensar en como se sentiría tener que usarlo tantas horas seguidas. Sería demasiado agobiante.
Los días se habían pasado volando, tan rápido había transcurrido el tiempo que en cuestión de un parpadeo ya se encontraba en el dia en el que sus hermanos Zeus y Hera harían la tan fatídica reunión familiar.
Se acurrucó aun más de lo posible entre las suaves y cálidas mantas, resoplando molestó.
Despues de un rato de constantes pero inservibles intentos de volver a dormir, destapó un poco su cara y observó con recelo las prendas formales, se tiró de espaldas contra el colchón con pesadez viendo el gran techo, se estiró a lo ancho de la cama hasta que sus articulaciones sonarán con pequeños crujidos, se quedó quieto, con mirada somnolienta, hasta que su ceño y sus labios se fruncieron con frustración.
"Bien... maldita sea"
Más insultos fueron murmurados mientras el Dios se levantaba con pereza de su cama, tambaleándose por los rastros de sueño aún en su cuerpo. Agarró el traje del borde de la cama mientras lo desdoblaba, ahora completamente extendido podía apreciarlo mejor.
Era hermoso, no lo iba a negar.
Era una traje formal color azul marino, acompañándolo había una camisa negra azabache con decoraciones doradas en las mangas, una corbata azul metálico haciendo juego con el traje, pantalones de mezclilla del mismo azul junto con unos zapatos de vestir negros.
Un traje moderno e impecable. Sería una gran elección para el almuerzo de hoy si no fuera que Adamas detestaba los trajes.
Su expresión se agrio más a medida que lo seguía viendo.
Su hermano Hades lo había intentado convencer innumerables veces, le había insistido demasiado en querer que el usará atuendos como los suyos, pero simplemente no le gustaba, no eran para el.
No entendía el gusto de su hermano en querer usar esa ropa tan ajustada e incómoda, el prefiere mil veces más un quiton a un incómodo traje.
Odiaba como los trajes formales le impedía moverse con total libertad, siempre restringiendo sus movimientos, totalmente incómodos.
