¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
・✦▭▭▭✧◦✦◦✧▭▭▭✦・
El pasillo del palacio estaba en silencio, roto solo por el sonido de pasos tranquilos y el zumbido suave y distante del viento de verano. Adamas se encontraba al final de uno de los tantos pasillo, observando la lejanía con el ceño fruncido. Aún no podía sacudirse la sensación de malestar que había sentido desde que se fue, sentía que no era correcto el quedarse pero también sentía la extraña contradicción de que debió haberse quedado, sus propios sentimientos lo confundían y cuando vio a Zeus a lo lejos, con el rostro torcido en una mueca de disgusto, supo que lo peor había ocurrido. Zeus había despreciado a su hijo. Le había roto el corazón a Hera. Y la habia dejado.
Ya había vivido esto por lo que la repentina molestía que sintió al ver a su hermano, a sabiendas de lo que se había atrevido a hacer, solo lo desconcertó más. Pero no le impidió acercarse a tiempo.
Sentía la rabia burbujear como ácido en su estómago, la sentía en sus venas, circulando por todo su cuerpo hasta inyectarse en sus ojos.
Zeus caminaba con pasos rápidos, pesados y decididos, pero cuando Adamas lo interceptó en el pasillo, su expresión se tornó en una de irritación.
Adamas tensó su mandíbula. "Zeus" su voz baja pero cargada de tensión. "¿Qué demonios ha pasado ahí dentro?"
Zeus lo miró con desdén, claramente molesto por la interrupción. Trató de seguir su camino, pero Adamas no se movió, bloqueando su paso. Había un fuego en los ojos de Adamas que no se apagaría con facilidad.
"No es asunto tuyo, hermano. Esto es entre mí esposa y yo" respondió zeus con frialdad, intentando eludir la confrontación. Adamas ya se esperaba esa contestación pero no evito que las venas en su cuello se tensaran y comenzarán a palpitar con fuerza.
Adamas no se dejó intimidar. Dio un paso adelante, invadiendo el espacio personal de Zeus, su rostro a pocos centímetros del suyo. Sus manos se cerraron en puños a los costados, el control deslizándose lentamente de sus dedos.
"¿Cómo que no es asunto mío?" Soltó, casi como un gruñido. "Es mí hermana, y lo que le hagas a ella, me incumbe. ¿Qué le dijiste allá dentro, Zeus? ¿Por qué en este momento está llorando?"
Zeus chasqueó la lengua y apartó la mirada, cruzando los brazos frente a su pecho en un gesto defensivo.
"Hera solo está exagerando. Solo dije la verdad, Adamas. Ese bebé... no es lo que esperaba. Es una vergüenza, no puedo aceptarlo. No es digno de ser nombrado como mí hijo."
