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Ha pasado una semana desde que Harry se encontró con el chico de nombre Ares ( Para que entiendan Harry no sabe que Ares es un dios aun) y todo ha estado tranquilo desde entonces muy tranquilo para preocupación de Harry. Excepto que desde que lo vio por primera vez no ha dejado de pensar en sus ojos, su sonrisa, sus músculos y su voz y eso lo tenía preocupado.

En estos instantes Harry se encuentra en su pequeña biblioteca leyendo el libro que tiene por título ''Animales Fantásticos'' hasta que de la nada escucho que algo sonaba en su ventana. Cuando se levantó y abrió la ventana una lechuza entró y se posó en una pequeña mesita que había en la habitación. Y no cualquier lechuza sino Pig la lechuza de Ron Weasley y tenía una carta.

- Hola pequeña, ¿tienes una carta para mí?

La lechuza ululó feliz y estiró la pata dejando a la vista un sobre que parecía un poco desgastado. Harry tomó la carta para luego salir de la habitación y dirigirse a la cocina mientras la lechuza lo seguía. Una vez en la cocina la lechuza se posó en la meseta. Harry abrió el refrigerador y sacó un pequeño trozo de tocino y luego se lo dio a la lechuza que lo tomó feliz.

Harry se sentó en la mesa, abrió la carta y empezó a leerla. El contenido de la misma dejó a Harry de piedra prácticamente la carta decía:

Querido Compañero

Hermione y yo acabamos de regresar de Australia y te escribía para decirte que necesitamos dinero para hacer algunas compras necesarias para 'mione y para mi. También te escribía porque mi mama quería saber si toda la familia podemos usar Grimmauld Place para hacer nuestra fiesta de compromiso. A y por último a Ginny le gustaría saber cuándo le vas a pedir ser tu novia.

Con cariño tu compañero Ron

Con cada palabra que estaba escrita en esa carta a Harry le daba más asco por la hipocresía con la que ron escribía esas palabras. Hace algunos meses Harry no hubiera dudado en darle a Ron y su madre todo lo que pedían pero ahora al saber la verdad lo único que siente al tan siquiera pensar en ellos es odio y asco. Harry hizo aparecer un pergamino y una pluma y empezó a escribir una respuesta

Ron

Lamentablemente no puedo hacer nada de lo que me pides. Seguramente quieres saber porque y no te preocupes te lo diré. Primero resulta que descubrí hace no más de dos meses que tú, Hermione, La señora Weasley, El señor Weasley, tu hermano Percy, Ginebra y Albus Dumbledore me estaban robando mi dinero en mi propia cara. Segundo morir antes de que te deje volver a tocar mi dinero y mis propiedades así que no intentes entrar a mis bóvedas o a Grimmauld Place porque no vas a poder. Dile a tu madre que ni sueñe que la dejare hacer tu estúpida fiesta de compromiso en mi casa. Y dile a tu hermana que ni en sus más locos sueños yo me haría su novio prefiero morir antes que serlo. A y por cierto no me vuelvas a mandar una carta, no quiero hablar con gente hipócrita e interesada.

Atentamente Lord Potter-Black-Slytherin-Gryffindor-Ravenclaw-Peverell

Al terminar de escribir la carta la puso en un sobre y se lo dio a la lechuza. Harry abrió la puerta que daba a la terraza y luego la lechuza se fue. Cuando la lechuza se fue Harry vio la hora y se dio cuenta que era momento de ir a la agencias de autos para hacer los últimos trámites. Así que se cambió de ropa.

Cuando ya se arregló salió del edificio y se encaminó hasta la agencia. Por suerte para Harry la agencia no se encontraba tan lejos así que podía ir caminando. Cuando llegó a la agencia se dirigió hacia la secretaria y le habló

- Buenos días joven tiene cita?

- Así es señorita, me llamo Hadrian Potter y tengo una cita con el señor Andrew.

La secretaria giró su vista hacia la computadora y empezó a teclear algo. Un poco después la mujer le sonrió y le dijo que la siguiera. Harry siguió a la mujer hacia el ascensor y apenas entraron la mujer presionó el botón que tenía el número tercer piso. El elevador se cerró y empezó a moverse, 4-5 minutos después el elevador se abrió y la mujer retomó la caminata con Harry siguiéndola. La mujer se detuvo en una puerta que tenía una placa que decía Andrew Thomson y luego toco la puerta recibiendo un adelante

- Señor Andrew el señor Potter está aquí

- Muy bien Catalina déjalo pasar.

La mujer de nombre Catalina se hizo a un lado para que Harry pudiera pasar. Una vez dentro de la oficina un hombre que no pasaba de los 30 lo saludo muy cordialmente.

- Señor Potter lo estaba esperando por favor siéntese esto no durará mucho.

- Exactamente Señor que es lo que tengo que hacer

- Oh es solamente mostrarle una foto del auto, firmar el contrato que dice que el carro es suyo y por último decidimos si quiere llevarse el auto ahora o que nosotros se lo llevemos hasta su casa.

Harry asintió ante lo dicho del señor Andrew e iniciaron con el trámite. Una hora después Harry ya había salido de la agencia con el contrato en su mochila y caminando hacia su casa. La caminata de Harry era tranquila hasta que escuchó un quejido que venía de un callejón. Harry como toda una persona racional iba a seguir caminando pero en vez de eso se dejó llevar por la curiosidad y entró en el callejón.

Harry se llevó una sorpresa al ver que la persona del quejido era Ares así que sin dudarlo se acercó a ayudarlo. Cuando ya estaba justo a su lado Harry se dio cuenta de que Ares estaba sangrando así que se acercó a revisar la herida. Pero se llevó una sorpresa al ver que la sangre de la Herida era dorada y el sabia que solamente había un ser que tenía sangre de ese color un Dios.

Sabiendo el peligro que llevaba ayudarlo Harry tomó su mano y se aparecieron en su departamento específicamente en su habitación. Harry lo recostó en la cama y le quitó su camisa para poder curarle mejor la herida pero antes de que su herida se cerrará tomo un poco de su sangre ya que el sabia que la sangre de un dios era muy rara y podía curar cualquier herida.

𝕰𝖑 𝖆𝖒𝖔𝖗 𝖉𝖊𝖑 𝖉𝖎𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖌𝖚𝖊𝖗𝖗𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora