24 | promesas

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La fiesta estaba en su apogeo. Las luces de colores parpadeaban al ritmo de la música estridente, mientras las personas se movían frenéticamente en la pista de baile. Las risas y las conversaciones se mezclaban con el sonido de los vasos chocando, creando una atmósfera vibrante y llena de energía.

Jeongin, sin embargo, no podía disfrutar del ambiente. Su mirada estaba fija en Hyunjin, quien se encontraba al otro lado de la sala, bebiendo y moviendo su cuerpo al compás de la música. Jeongin quería acercarse, hablar con él, pero cada vez que lo intentaba, Hyunjin parecía ignorarlo deliberadamente.

Hyunjin, por su parte, se dejaba llevar por la música, su cuerpo balanceándose suavemente mientras sostenía su bebida. De repente, un chico se acercó a él, sonriéndole con confianza.

—Hola —dijo el chico, su voz apenas audible sobre la música.

Hyunjin le devolvió la sonrisa, pero no dijo nada. El chico, sin desanimarse, continuó.

—No seas odioso. ¿Quieres bailar?

Hyunjin estaba a punto de responder cuando Jeongin apareció de la nada. Sus ojos se encontraron con los del chico por un breve instante antes de dirigirse a Hyunjin.

—Vamos a bailar —dijo Jeongin, su tono firme.

Hyunjin negó con la cabeza, pero Jeongin no estaba dispuesto a aceptar un no por respuesta.

—No era una pregunta —replicó Jeongin, tomando a Hyunjin de la mano y arrastrándolo hacia la pista de baile.

Hyunjin no tuvo más remedio que seguirlo, su corazón latiendo con fuerza mientras se dejaba llevar por Jeongin. La tensión entre ellos era palpable, y aunque Hyunjin intentaba mantener la compostura, no podía evitar sentir una mezcla de emociones que lo abrumaban.

Jeongin coloco las manos en el cuello de Hyunjin sin embargo aquel se rehusaba a tocarlo así que el menor rodó los ojos y tomó las manos del mayor para colocarlas en su cintura.

—Relajate, solo vamos a bailar...

—¿Estas ebrio, jeongin?

—No, solo bebí un poco... —Dijo mientras movía su cuerpo al ritmo de la música, en un suave movimiento se dio la vuelta y comenzó a mover su cuerpo muy cerca del de hyunjin.

—No deberías moverte así, podrías despertar cierta cositas —Susurró contra la oreja del pelirosado, haciendo que su aliento choque con esta, y se sienta muy caliente, mierda. El menor vuelve a voltear observando la cercanía entre ambos.

—¿Que pasa si quiero despertar ciertas cositas, Romeo...? —habló y Hyunjin mordió su labio para luego irse. El menor no se rindió y lo siguió —Hyunjin espera, yo quiero hablar contigo yo...

—No hay nada de que hablar... Ya está, se acabó y no hay...

Jeongin no deja que esté terminé cuando acerca sus labios a los del mayor impactado suavemente haciendo que el rubio pierda la cordura por completo.

El beso no era tierno, era un beso feroz lleno de necesidad, ansias, deseó, como si Jeongin hubiera estado esperando todo el día para hacer eso. Si dudarlo bajo sus manos a los muslos contrario para cargarlo haciendo que el menor gima ante el contacto, lentamente llevó de nuevo al menor a un auto que se encontraba cerca dejándolo lentamente sobre el capó.

Hyunjin por su parte, no sabía que había sucedido su mente aún estaba procesando que se encontraba besandose con jeongin. Los besos de Hyunjin se desviaron al cuello menor dónde mordió y lamió la zona dejando que el menor escapé pequeños gemidos, sin embargo jeongin lo detuvo

—Dime que ya no me quieres, y que enserio quieres dejarlo... dime qué es mentira y que nosotros si tenemos un final feliz...—Logró articular —Si es por lo de tu beca, le dije a mamá que no...

—No se trata solo de eso, ¿Crees que yo no quiero estar contigo?, pero tengo miedo, no soy tu... No puedo ir a Europa a pagar mis estudios, debo utilizar una beca y sin eso estoy perdido y si tu mamá...

—Mi mamá, ya no hará nada, lo prometo... Te amo —Dijo mientras las lágrimas comenzaban a aproximarse...

—Dios lo haces difícil —Se quejó mientras le daba otro beso corto en los labios, intento alejarse sin embargo jeongin apresó su labio inferior entre sus dientes, para pasar suavemente su lengua por aquel frío metal del piercing y luego lo observé

Jeongin lo miró con desesperación en los ojos, su voz temblando mientras hablaba.

—No me dejes...

Hyunjin suspiró, su mirada llena de tristeza y resignación.

—Jeongin, quizás soy un cobarde, pero... Tu madre una vez te dio dos opciones y luego vino a amenazarme. Créeme, ella no se va a detener... Así que es mejor, para los dos, hacerlo de una vez...

Jeongin apretó los puños, su frustración evidente.

—¡No es justo! —se quejó—. No puedes ir por la vida haciendo que las personas se enamoren de ti, tratándolas lindo y haciéndolas sentir especiales en tu vida para luego irte. No puedes, Hyunjin... Es injusto —sollozó, mientras el rubio mordía su labio, reprimiendo las lágrimas.

Hyunjin desvió la mirada, su voz apenas un susurro.

—Jeongin, ya debo irme...

Jeongin lo miró con incredulidad, su voz cargada de dolor.

—¿En serio vas a dejarme aquí, a mitad de la noche? No seas imbécil, Hyunjin... ¿Siquiera me amas? —preguntó, su voz quebrándose.

Hyunjin cerró los ojos por un momento, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer. Finalmente, abrió los ojos y miró a Jeongin con una mezcla de amor y tristeza.

Hyunjin respiró hondo, tratando de mantener la compostura.

—Jamás he dejado de amarte, Jeongin. Pero quizás esto sea lo mejor para ambos.

Lentamente, comenzó a alejarse, pero Jeongin lo tomó del brazo, su agarre desesperado. Hyunjin, con esfuerzo, logró soltarse y caminó unos pasos antes de detenerse y mirarlo una vez más.

—Quizás en la siguiente vida logremos tener nuestro final feliz —dijo Hyunjin, su voz llena de tristeza.

Jeongin negó con la cabeza, su voz quebrándose.

—Yo quiero que sea en esta vida.

Hyunjin suspiró, su mirada llena de dolor.

—Soy demasiado cobarde para tener ambas cosas, Jeongin.

Con esas palabras, Hyunjin se dio la vuelta y se alejó, dejando a Jeongin solo en la oscuridad de la noche, su corazón roto en mil pedazos.

Romeo y Jeongin | HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora