19. Sasuke Uchiha

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↳ Sasuke Uchiha ⸺ Naruto

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Sasuke Uchiha Naruto

El sol de la mañana se filtraba por las ventanas del pequeño apartamento que compartían en Konoha, llenando la habitación de una cálida luz dorada. Olivia se desperezó lentamente, disfrutando del calor que emanaba del sol sobre su piel. El aroma tentador de la comida la sacó de su ensoñación y la hizo levantarse rápidamente de la cama, la curiosidad comenzando a despertarla por completo.

—¿Qué está cocinando Sasuke? —se preguntó a sí misma mientras se dirigía a la cocina.

Al llegar, encontró a Sasuke de espaldas, concentrado en los fogones. Su cabello negro azabache caía de manera desordenada, y llevaba un delantal oscuro que contrastaba con su usual apariencia seria y sombría. La visión era tan inusual que Olivia no pudo evitar sonreír, sintiendo una calidez especial al verlo en una tarea tan doméstica y cotidiana.

—Buenos días —dijo Olivia, apoyándose en el marco de la puerta, observando cada movimiento de Sasuke con admiración.

Sasuke se giró ligeramente y le dedicó una mirada cálida, una rareza en él, pero que ella atesoraba cada vez que la veía.

—Buenos días —respondió él, volviendo a concentrarse en la comida—. Espero que tengas hambre. Estoy preparando algo especial.

Olivia se acercó, la curiosidad brillando en sus ojos, y vio que había varios ingredientes frescos sobre la encimera: vegetales de colores vibrantes, carne de aspecto jugoso, y un par de especias que ella no reconocía, pero cuyo aroma era exótico y tentador.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó mientras observaba cómo Sasuke cortaba meticulosamente los vegetales, sus movimientos precisos y llenos de gracia.

—Es una receta que mi madre solía hacer —respondió Sasuke, su voz suave, casi nostálgica—. Quería compartirla contigo.

Olivia sintió una ola de emoción al escuchar eso. Sabía lo importante que era para Sasuke compartir recuerdos de su familia, y que él quisiera compartir algo tan personal con ella hacía que su corazón se llenara de amor y gratitud.

—Eso suena maravilloso, Sasuke. Gracias —dijo, acercándose un poco más y colocando una mano sobre su brazo, sintiendo el calor de su piel a través de la tela del delantal.

Sasuke se detuvo por un momento y la miró a los ojos, su mirada intensa pero llena de ternura.

—Quería que este día fuera especial —dijo, casi en un susurro—. Tú haces que cada día sea mejor para mí, y quiero que lo sepas.

Olivia sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas de felicidad. Se inclinó y le dio un suave beso en la mejilla, el gesto lleno de amor y gratitud.

—Te amo, Sasuke.

—Y yo a ti, Olivia.

Después de ese momento de ternura, Olivia se sentó a la mesa, observando cómo Sasuke terminaba de preparar el almuerzo. La forma en que movía con destreza los utensilios de cocina, la concentración en su rostro, todo hacía que Olivia se sintiera increíblemente afortunada de tenerlo a su lado.

—Listo —anunció Sasuke finalmente, colocando un plato delante de ella con un gesto de satisfacción.

El plato era un festín para los sentidos. Los colores vibrantes de los vegetales, el aroma tentador de la carne perfectamente cocida, y un toque de especias que prometían un sabor inolvidable.

—Se ve increíble —dijo Olivia, tomando un bocado—. ¡Y sabe aún mejor!

Sasuke se sentó frente a ella, observándola con una ligera sonrisa mientras ella disfrutaba de la comida. Sus ojos oscuros la miraban con una mezcla de orgullo y cariño.

—Me alegra que te guste —dijo—. Hice mi mejor esfuerzo.

—Lo sé, y eso hace que todo sea aún más especial.

Comieron juntos, hablando de todo y de nada, compartiendo risas y recuerdos. Olivia sentía que el tiempo se detenía en esos momentos, cuando estaba con Sasuke, disfrutando de la simple pero profunda conexión que compartían. Sus conversaciones iban desde anécdotas divertidas hasta planes para el futuro, cada palabra fortaleciendo el vínculo que tenían.

—¿Recuerdas cuando nos conocimos? —preguntó Olivia, una sonrisa juguetona en sus labios.

—Claro que sí —respondió Sasuke, sus ojos brillando con la memoria—. Estabas tan decidida a hacerme hablar, y yo... bueno, no era muy hablador en ese entonces.

—¿En ese entonces? —bromeó Olivia, riendo suavemente—. Aún te cuesta, pero has mejorado mucho.

Sasuke asintió, una leve sonrisa en su rostro.

—Es gracias a ti. Me has enseñado a abrirme, a confiar. No sé dónde estaría sin ti.

—Probablemente en alguna misión secreta, con una expresión seria en el rostro —dijo Olivia, riendo.

—Tal vez. Pero prefiero estar aquí, contigo.

Olivia se sintió abrumada por la sinceridad en sus palabras. Sabía que Sasuke no era alguien que expresara sus sentimientos con facilidad, y cada vez que lo hacía, significaba el mundo para ella.

—Yo también prefiero estar aquí contigo, Sasuke. Este momento es perfecto.

Cuando terminaron de comer, Sasuke se inclinó y tomó la mano de Olivia, sus dedos entrelazándose con los de ella.

—Gracias por estar aquí conmigo —dijo—. Por ser tú.

—Gracias a ti, Sasuke. Por todo.

Se quedaron así, disfrutando de la compañía mutua, sabiendo que no importaba lo que el futuro les deparara, siempre tendrían estos momentos especiales que compartían juntos. La tarde pasó entre risas, conversaciones y miradas cómplices, cada segundo grabándose en sus corazones como un recuerdo inolvidable.

Finalmente, cuando el sol comenzó a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados, Sasuke llevó a Olivia a la terraza, donde una suave brisa acariciaba sus rostros. Se sentaron juntos, mirando el horizonte, sintiéndose en paz.

—Este ha sido uno de los mejores días de mi vida —dijo Olivia, apoyando su cabeza en el hombro de Sasuke.

—Y habrá muchos más así —respondió Sasuke, abrazándola con ternura—. Prometo que siempre haremos momentos especiales juntos.

Olivia cerró los ojos, sintiendo el latido constante del corazón de Sasuke junto al suyo. En ese momento, todo estaba bien en su mundo. Sabía que con Sasuke a su lado, podían enfrentar cualquier cosa. Y, mientras el sol se ocultaba y la noche comenzaba a envolverlos, Olivia sonrió, segura de que el amor que compartían los guiaría siempre.




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