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04. Creepypastas

↳ Creepypastas ⸺ General

Olivia se encontraba en su hogar, un pequeño refugio de paz entre las sombras y susurros del mundo exterior.

Su casa era una mezcla de antiguo y moderno, con muebles de madera tallada y tecnología sofisticada integrada discretamente. Las paredes estaban decoradas con cuadros oscuros y misteriosos, creaciones propias que reflejaban su conexión con los creepypastas y su mundo secreto, por alguna extraña razón ellos también se creían propietarios del lugar y querían hacerlo más "a su modo".

A veces se encontraba a Eyeless en la sala, otras a Ben en alguna habitación jugando en alguna consola, si se asomaba en alguna ventana las posibilidades de ver a Jeff del otro lado eran bastante altas. Casi nunca podía estar sola puesto que, sino estaban cerca podía sentir su presencia, como si la vigilaran desde la sombra, esperando a que cometiera algún error.

Mientras el agua hervía en la tetera, se sumergió en pensamientos turbios. Sus poderes eran una carga pesada, y de eso estaba segura; podía sentir la mirada de los creepypastas sobre ella en todo momento, su curiosidad insaciable como un manto de sombras, viendo de qué manera podían usar su poder a favor de ellos mismos.

Liv sabía que jamás se sumergiría en ese mundo tan oscuro y extraño, por lo que se preparaba un té de frutilla, buscando un momento de calma en medio de la tormenta constante de su vida.

El aroma dulce de la frutilla llenó la habitación mientras ella vertía el agua caliente sobre la bolsita de té. Su mente divagaba entre los recuerdos de su infancia, cuando descubrió sus habilidades y la extraña conexión con seres de otra realidad.

Justo cuando Olivia tomó la primera sorbo de su té, una presencia familiar llenó la habitación. Una figura esbelta y sin rostro se materializó frente a ella, su aspecto imponente pero sereno.

— ¿Cómo estás, Olivia? —la voz de Slenderman resonó en la habitación, su tono tranquilo pero con un dejo de preocupación.

Olivia se sobresaltó ligeramente, pero rápidamente recuperó su compostura.

— Estoy bien. Solo estaba pensando un poco en todo esto.

El ser sin rostro asintió con comprensión. — Sabes que siempre puedes contar con nosotros, pero también necesitas cuidarte a ti misma. La carga que llevas es pesada.

Mentira.

Él le estaba mintiendo y ella lo sabía.

A la mínima oportunidad estaba segura de que ellos acabarían con ella, no podía bajar la guardia, sí ella era más poderosa que ellos, pero si tenían un plan lo suficientemente bueno, podrían acabarla en un parpadeo.

Suspiró, manteniendo su compostura.

— Lo sé. A veces solo necesito un momento de tranquilidad, como este té, para recordarme que aún soy humana.

Slenderman sonrió de manera imperceptible.

— Eres más fuerte de lo que crees, Olivia. No dejes que la oscuridad de los otros te consuma. Eres especial.

¿Cómo hacía eso? Continuamente se relacionaba con asesinos a sangre fría, personas que jamás sintieron algo, ni siquiera miedo. Estaban locos, completamente locos.

Dio un pequeño sorbo mientras que Masky abría la puerta principal como si fuera su casa, señalando a un hombre mal herido y mostrándole a su "jefe", porque los proxys eran robots cuando Slenderman estaba presente, parecían no tener vida propia, solo servían a aquel extraño ser.

Y ahora que lo pensaba, incluso aunque estuvieran solos entablar una conversación con ellos era complicado, solían contestar vagamente o simplemente ignorarme, y cuando finalmente conseguía entablar una conversación "normal", mágicamente aparecía Slenderman a mandarlos en alguna misión retorcida.

Y esa puerta debajo de la creepyhouse, nunca me dejaban entrar a verla, siempre pasaba algo que impedía que llegara a descubrir que escondía.

Todos estaban locos.

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