X.

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"...No cuenta como infierno si te gusta cómo te quema..."

De Matthías Cole


X. Deseo restringidos

Todo se convirtió en caos. Alan y Matthías estaban peleando a puro golpes. No sabía que hacer. Los veía golpearse hasta llegar a la sangre, sin hacer nada, solamente en shock. Esto claramente no podía quedarse así, Matthías sin dudar matará a Alan, hasta él mismo me lo advirtió. Reaccioné y interferí entre los dos, traté de separados aunque recibiera de por medio una mala lesión por eso. ¿Mi plan? Mi plan es sacar a Matthías de allí. Él como fuente potencial que generó este lío, era él que debía irse y relajar mente perversa.

Con agilidad tomé el brazo de Matthías y, sinceramente no sé de dónde saqué tanta fuerza para halarlo aún estando furioso cuál leon que no termina la pelea aunque tenga que morir. Sujetando su brazo lo llevé como un niño chiquito hacia una esquina alejada del problema y desolada, para poder dejar las cosas bien pero bien claras. Estábamos uno al frente del otro. Él aún agitado por la persecución, me miraba como si matarme fuera su misión, todo lo contrario a mí que solo estaba calmada con mi cerebro maquinando si debería hablar o ahorrar palabras y pegarle en la cara.

—Esto es lo que querías ¿no?

Me miró limpiando con la muñeca de su mano unas gotas de sangre que le brotaban de una herida, poco profunda, en su labio inferior.

—Matthías ¿que pretendes?— agregué. —¿Por qué todo esto? Explica, que tu boca asquerosa no solo sirve para insultar.

—Ahora mi boca es asquerosa —dijo bajo. —Pero no era asquerosa cuando la besabas niñita.

—No cambies el tema.

Sonrió pasando la lengua por su labio herido para después guardarla.

—Te gusta, lo sé.— habló —Te excita, te alimenta esta situación de que tu queridísimo principito te defienda del villano de esta historia. ¿No pequeña insignificante?

—¿En serio crees que soy así? ¿Del tipo que disfruta de todas las desgracias de este mundo? ¿Seguro?

Puso los ojos en blanco en señal de molestia.

—Mírame.—exigí y lo hizo. — No soy como tú.

—Y eso es lo que no me agrada de tí, que eres patéticamente diferente a mí mocosa insignificante. Exactamente polos opuestos.

—¿Y para qué necesito se igual que tú Black Cat? No necesito ser una maldita amargada que solo piensa en eliminar del mundo a todos los que se atraviesen. Todavía me pregunto cómo es que sigo viva.

Avanzó un paso hacia mí acortando la separación entre ambos. Que jodida paciencia tengo que aguardar para dejar que él se acerque de esa manera. Cada vez que hacía eso, me advertía. Me alertaba cada paso, cada lúgubre paso que acorta los centímetros de él hacia mi rígido cuerpo. Ese movimiento, las palabras que mencionaba arrastrando cada letra y consonante existente con sabor a maldad; todo eso se transmitía como deja vú dentro de mis pensamientos rezando para que esa imagen cambiara.

—Agotas mi paciencia.— dijo garraspeando sus dientes.

—Como tú la mía.

Mil Rosas Para Un Demonio ⚔  1~ Bilogía InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora