𝐄𝐍 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 𝐌iyuki siempre veía el lado positivo de todo. Decía que después de una tormenta, el arcoíris aparece y tiñe el cielo. Incluso las cosas que no podemos ver están llenas de color, porque el dolor es parte de la vida. Sin embargo, está...
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Había pasado ya un tiempo desde que la pequeña Hyuga había empezado a ir a la academia, no había socializado mucho con sus compañeros porque no era ese tipo de persona, no sabía muy bien como hacer amigos.
Solamente se juntaba con Naruto y claramente su hermana, que cuando los trataba de presentar, esta salía corriendo a esconderse, cosa que ninguno entendía.
―Vamos... no te marchites... ―susurró la inocente pequeña a una hermosa flor que le había llamado la atención.
Hace unos días había encontrado esa bella flor cerca de la academia, desde que la vio se quedó encantada con ella ya que nunca había visto una así, decidió cuidarla desde entonces.
Un niño cerca del lugar, detrás de un árbol observaba la escena, desde que la vió le tuvo curiosidad, pero no a la flor, sino a la de ojos brillantes y raros. Así es como el la veía.
Ella muy concentrada en aquella planta, sintió una mirada, miró lentamente detrás de ella pero no encontró a nadie.
Se encogió de hombros y se levantó, guardando su agua que estaba usando para regar en la flor.
―Cuando vuelva ya sabré que tipo de flor eres, nunca había visto una así ―dijo para sí misma― ahora me voy, le prometí a Naruto ir a Ichiraku ―tomó su mochila y se fue del lugar dando saltitos.
El pelinegro salió de su escondite.
―Qué rara. ―Murmuró.
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En la tranquila sala de la academia, Iruka daba una lección sobre los fundamentos del chakra. Miyuki estaba sentada junto a Naruto, quien no podía evitar hablar con ella en voz baja. Sus risas llenaban el aire mientras compartía anécdotas.
Sasuke, en su asiento al otro lado del aula, no podía apartar la mirada de Miyuki. Esa niña lo llenaba de curiosidad, siempre pensó que la encontraba familiar, como si ya la hubiera visto en algún lugar. Incluso llegó a pensar que se parecía a la chica que salía en sus sueños, pero prefería ignorar ese hecho.
Miyuki, por su parte, también notó a Sasuke. Lo recordaba y reconocía como el hermano de Itachi, no le hablaba pero si que le llamaba la atención, si quisiera poder hablarle pero era muy aparte de los demás, aunque parecía solitario, ella sabía que era porque él lo elegía así. Las chicas suspiraban por él, pero él no les prestaba atención.
Los ojos de Sasuke se encontraron con los de Miyuki, de inmediato quitó su mirada de ella y la puso en la ventana que tenía al lado.
Miyuki, sin embargo, no pudo evitar seguir observándolo ¿por qué la miraba tanto? ¿tenía algo en la cara?
