En el lejano reino del sur…
Me presento queridos lectores, mi nombre es Aidan Hecatomb. Un apellido peculiar, lo sé, soy el príncipe heredero del Reino del sur, un próspero reino a pesar de ser el lugar donde más matanzas y desapariciones hay.
Obviamente soy el príncipe más guapo de todos los tiempos, inteligente, sobra...-Señor Hecatomb, su madrastra lo lleva llamando a la sala de reuniones toda la mañana- Dijo el vulgar sirviente que abrió la puerta, interrumpiéndome sin siquiera la decencia de tocar la puerta.
-Ya voy-, le respondí en un tono cortante y cansado, afortunadamente eso lo asustó lo suficiente como para salir corriendo de mis aposentos.
Me levanté y me puse una camisa y un pantalón dignos de mí, entonces salí de mis aposentos camino a la sala de reuniones, el castillo tenía un ambiente peculiarmente lúgubre y sentía como si me observaran por todos lados, desde que desaparecen la mayoría de las personas relacionadas a mí ya casi no tengo sirvientes, dicen los chismes del pueblo que hay un asesino detrás de mí, "el genocida que nos ha traído desgracias tiene en la mira al príncipe" dicen en cada esquina.
Abrí la puerta de la sala y ahí me esperaba, una mujer de poca clase para mi gusto, la actual Reina y mi madrastra.-¿ Se puede saber por qué no has hecho tus labores el día de hoy?- me dijo en un tono altanero aquella perra, como se atrevía a hablarme así, a mí el príncipe verdadero y heredero de todo.
-Me siento cansado, sin embargo, lo haré de inmediato-, respondí ya que a pesar de mi enojo tenía que quedarme callado, no podía perder la compostura frente a las masas y menos frente a una señora que haría cualquier cosa por difamarme.
Algunas de mis labores como príncipe era asistir a lecciones de esgrima, lecciones de historia y educación general, memorizar tácticas de guerra en caso de un ataque, incluso tácticas de espionaje para conocer e identificar a aquellos que nos quieran eliminar desde dentro.
A un paso constante me dirigí a la biblioteca del castillo, ahí me esperaba un tutor que había tenido desde pequeño, sinceramente a todos incluyéndome nos parecía impresionante que el siguiera vivo tras estar conmigo prácticamente desde mi nacimiento.
El día de hoy era una lección como cualquier día, me pasó el resto de la mañana y un poco de la tarde enseñando cosas del país y como defenderlo. Poco quedaba por enseñarme puesto que el trono sería mi en cuanto consiguiera a una consorte.
Terminando estas lecciones, por la tarde fui al campo de entrenamiento, era lo mismo de todos los días. Esgrima, dar vueltas al campo, un entrenamiento enfocado para mí y algunas técnicas de asesinato en caso de requerir defenderme.
Yo tendría guardias la mayoría del día, eso estaba claro, pero incluso ellos desaparecían de vez en cuando, además de que nuestro país nació de la guerra y como futuro príncipe debo prepararme en caso de que haya una.
Sin darme cuenta cayó la noche, así que como el príncipe perfecto que soy me dirigí a mis aposentos y me puse mis mejores prendas, por supuesto un príncipe tiene más labores y en mi caso es una muy importante, encontrar esposa. Salí del castillo a encontrarme con mi actual pretendiente, una mujer medianamente linda pero muy lejos de mi nivel, le sonreí falsamente y la tomé de la mano para llevarla a los alrededores del reino.
Su mano era sudorosa y vulgar, no me podía creer que alguien como ella en serio se estuviera creyendo que estábamos al nivel, estaba ofendido y tenía que demostrarle cuál era su lugar.-La vista desde aquí es muy hermosa, pero en serio me casaría con la primera persona que pudiera recoger los lirios de tumba-, le dije para tomar acción mi plan, esos lirios son conocidos así debido a crecer en la cima de un peñasco en específico, se dice que aquellos que se la entreguen a su pareja vivirán felices por siempre. Por ende, muchos idiotas se lanzas a buscarlas y terminan cayendo del peñasco, de ahí su hermoso nombre "de tumba".
Está chica se le iluminó la mirada, la había llevado a las cercanías del peñasco en nuestro paseo de hoy, así que la meta era relativamente simple, solo tenía que tomar un lirio, entregármelo y cumplir su asqueroso sueño de casarse conmigo. La chica se lanzó casi corriendo, soltando mi mano y subiendo el peñasco a gran velocidad a pesar de sus tacones.
Me acerqué a ella caminando rápidamente, se me dibujó una sonrisa que ella pudo ver, quizás pensó que estaba feliz de ver a alguien con tanta devoción por mí, sin embargo, no estaba más lejos de la verdad que nunca.
Cuando la chica se puso de rodillas al borde del peñasco, queriendo alcanzar los lirios, me acerqué a ella por detrás y la tomé por las piernas, escuché un
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꧁ 𝐄𝐥 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐃𝐞 𝐋𝐚 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐚 𝐀𝐥𝐞𝐬𝐬𝐚 ꧂
RandomAlessa, una reina que perdió todo lo que amaba por una maldición que la llevo a la soledad, una mujer hecha un monstruo conoce a un hombre de otro Reino que se vuelve su única compañia, un destino extraño y quien sabe puede que este sea la luz al fi...