SANSA

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El basto bosque de lobos se alzaba ante sus ojos, había cabalgado todo el día recorriendo las calles de su hermoso winter town, la
Nieve ya había desaparecido desde hace un tiempo largo y el hermoso y suave pasto verde se extendía desde norte a sur y de este a oeste, la h te iba de acá para allá y algunos frenaban para hacer una reverencia a su reina y darle alguna que otra ofrenda.
Sansa era muy feliz cuando llegaba el día de recorridos por la ciudad, pero hoy había sido un día especial, pues era el día de su nombre y las campanas no dejaban de resonar como fue aquel día que había nacido hace 25 años atrás, ahora ya toda una reina y con su pueblo sano y tranquilo desde hace mucho tiempo no estaba.
Había llegado al bosque y decidió bajar del caballo y pedirle a sus escoltas que la esperaran donde había dejado a su yegua, necesitaba estar sola.
Hace casi un año atrás había descubierto una guarida de una lobo salvaje de colores blancos y gris, de vez en cuando le llevaba algo de carne para ganarse su confianza, le traía recuerdos a su lobo huargo que alguna vez había adoptado y que ya hace mucho años atrás había sido ejecutada.
Al llegar a la guardia estaba aquel animal descansado y simplemente sansa se arrodilló y le dejó unos pedazos de venado que había conseguido del cocinero en el castillo. El animal se levantó lentamente,se acercó a ella y por primera vez se dejó acariciar por Sansa, aunque le costaba mucho acercarse al animal.

De nuevo en el castillo Sansa tuvo que reunirse con los lores y su consejo que como todos los días presentaban dudas o reclamos del reino. Tanto como el maestro de moneda o como el de susurros. Algunos de ellos les costaba aceptar a una mujer en el trono aún habiendo pasado ya cinco años desde su coronación.
Su trono se encontraba en la punta del gran salón pero Sansa lo usaba muy poco solo en ocaciones especiales.
- mi reina como le veniamos advirtiendo, los lores del norte quieren saber si su reinado seguirá tras su muerte con algún heredero ya nombrado, pues como debe de notar usted mi reina si me permite aún no a elegido a su rey consorte para lograr un heredero del norte- dijo el maestro de susurros lord Joel dustin. Un hombre de cara muy rancia y con un leve problema en la pierna desde su nacimiento. Algunos lo llamaban la reencarnación del viejo lord larys strong el patizambo.
Sansa odiaba con todo su ser el tema de herederos. Desde que fue coronada lo fue suspendiendo pero ya luego de cinco largos años ya era momento.
Aún tenía alguna que otra pesadilla de los horrores que vivo a manos de ramsey y años sin tocar a un hombre o dejarse ser tocada por alguien, jamás sintió placer en eso desde que sucedió lo que aún cuesta olvidar.
- le aseguró mi lord que estoy buscando una solución a las inquietudes de mi pueblo aunque parece que les inquieta con quien puedo compartir la corona y mi cama para generar a un heredero cuando lo que más importa es si alcanzarán los granos para cuando llegue el invierno- advirtió Sansa cuando los lores presentes agacharon sus rostros.
- el rey del sur bran el roto ha solicitados unos hombres a la causa de la triarquia en los peldaños de piedra- advirtió el maestre Wolkan abriendo una carta con el emblema del cuervo con la corona.
- sé que mi hermano se encuentra en guerra con aquellos piratas, enviaremos a unos barbas blancas a las gemelas para ayudar a bran- respondió Sansa.
Necesitaba ir a su recámara ya no aguantaba más estar en el consejo, su mano una joven de pelo colorado llamada stefan tully quedaría en su lugar.
Stefan era sobrina lejana de los tully de Riverun, sabía leer, sabía de política y sobre todo sabía tratar a los viejos lores del norte y sus problemas.
-stefan quedas en mi lugar, me retiro a mis aposentos- dijo Sansa cuando se levantó de la mesa del consejo y los demás lores al mismo tiempo se levantaron para despedirla.
Una vez en la habitación y despojada de casi toda su ropa luego de un baño debido a que aún apestaba a caballo se recostó en su cama, con más dudas en su cabeza respecto al tema hablado en el consejo.
Debía de decidir con quien casarse y tener un hijo. Al menos una sola vez tener una relación íntima con un hombre después de años, ella pues no negaba que necesitaba auto satisfacerse muy de vez en cuando y sabía cómo hacerlo debido a su tiempo con el sucio petyr bealiash pero no negaba que a veces soñaba con algunos soldados estaban en su guardia real. Pero siempre despertaba cuando alguien aparecía en sus sueños que no deseaba verlo ahí, no deseaba verlo con su torso desnudo y su piel toda blanca y transpirada, aún recordaba el último abrazo que se habían dado y no entendía porque aparecía en sus sueños más húmedos. Pero recordaba sus manos, su tacto, como sus manos tocaban sus pechos y bajaban lentamente hasta llegar a sus partes íntimas, como ella se subía sobre él y tomaba el control de la situación, pues deseaba tener ella el control y cogerselo pero cuando descubría que era el, se despertaba rápida y asustada, se sentía sucia por qué no era correcto.
Tenía a miles de lores que morían de ganas de casarse con la gran reina del norte pero ella en sus sueños soñaba con algunos imposibles y uno de ellos era el que más problemas le provocaba, de solo recordarlo y saber que aún estaba muy lejos de ahí y no tenía ni noticias lo hacía aún más imposible.
Sansa algunas noches soñaba con cogerse a su ahora ya considerado primo Jon snow.

NOTAS: BUENO SE FUE EL PRIMER CAPÍTULO, MÁS ADELANTE SE AGREGARAN TRAMAS QUE YA ESTOY ESCRIBIENDO ESPERO QUE DEJEN UN MG Y COMENTARIOS DE QUE LES GUSTARÍA VER EN LOS SIGUIENTES CAPÍTULOS.

UN RECUERDO DEL NORTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora