El primero de Enero llego, Carlos se encontraba en su hotel dándose un baño por insistencia de Max y Lando, ya que llevaba 4 días al lado de Helena que aún no reaccionaba, cada día era más difícil verla en esa cama de hospital conectada a todos esos aparatos, el bebé seguía siendo monitoreado y sus signos vitales eran estables.
Más tarde tendría una reunión con los abogados de su padre, ya que gracias a los contactos de este se había agilizado el trámite del divorcio. Rebecca ya había firmado y solo faltaban las firmas de él para terminar con todo.
Estaba cambiándose cuando recibió un mensaje de Azul.
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Llego corriendo al hospital directo al cuarto de Helena, al abrir la puerta la vio semi-sentada dándole pequeños sorbos a una botella de agua con ayuda de Azul.
-Helena-susurro el español con miedo a que todo fuera un sueño.
La pelinegra volteo y al verlo sus ojos se llenaron de lágrimas, no lo había soñado ¡Carlos está aquí! los días que estuvo inconsciente soñaba con él, escuchaba su voz diciéndole palabras dulces, en otras ocasiones lo escuchaba llorar y quería tanto abrir los ojos para abrazarlo y decirle que todo estaría bien.
-¿Carlos?
Se acercó a ella.
-Si nena, soy yo- se sentó donde hace un momento se encontraba la rubia y tomo la mano de Helena- ¡Dios! No sabes cómo extrañaba ver esos ojos hermosos.
-Yo también extrañaba ver tus ojos- acaricio su cara con la mano que no estaba inmovilizada.
-No me vuelvas a hacer esto, por favor- el español junto sus frentes y sintió sus lágrimas derramar por sus mejillas- Pensé que los perdería y aun no estoy listo para eso. Aun no tenemos nuestra final feliz, preciosa.
-¿Te dijeron de los bebes?
-Sí, pero tengo que decirte algo.
-Lo sé, escuche todo cuando estaba inconsciente- sollozo- Perdón por no decírtelo antes, tal vez esto no hubiera pasado si te lo hubiera dicho desde un principio y no hubiera perdido a uno de nuestros bebes
-¡No!-sostuvo su rostro con ambas manos, le limpio las lágrimas y la beso- Tú no tienes la culpa de nada, lo hecho está hecho y no podemos cambiar el pasado. Así que ahora en adelante vamos a construir nuestro futuro- acaricio su barriga.
-¿Y que pasara con tu matrimonio?
-No hay nada de qué preocuparse, hoy estaré firmando los papeles del divorcio-La beso nuevamente
-¿Puedes acostarte un momento conmigo y abrazarme?
-Claro que sí, nena.
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