Capitulo 8

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El viento pegaba en mi rostro con suavidad mientras mis ojos se encontraban cerrados. Pandora se había transformado en un hacha y con ella empece a cortar uno de los árboles que se encontraban fuera del campamento, después de que caiga al suelo comencé a cargar el árbol partido sobre mi hombro y me dirigí al campamento más concreto a la cabaña de mi madre.

Cuando pise el campamento, todos me veían fijamente y más las mujeres del lugar.

Habían pocas mujeres que rozaban más de los quince a dieciocho años y una que otra veinteañera, la más común tenía entre los doce y los trece años. ¿Porque estoy contando esto?. Siendo sincero, estoy aburrido. Siempre hablo conmigo mismo cuando no tengo nada interesante que hacer o cuando estoy aburrido.

Entre a la cabaña, ignore a Afrodita quien estaba en mi cama limandose las uñas de los pies con magia mientras con la de las manos se pintaba las uñas de rosa. Deje el tronco en una pira y dicha pira se prendió fuego para posteriormente reducir el árbol a cenizas y generar una flama brillante.

Fui al cobertizo de abajo, no había gran cosa solo aparatos eléctronicos modernos y varias armas. No creía que Rea fuese de las que pelean, lo vería de Ares pero ¿de Rea?. Eso es nuevo.

No le di más importancia. Salí del cobertizo y la cerré, encendí las luces del resto de la cabaña y fui a la sala donde la diosa del amor se encontraba.

- ¿Me vas a explicar porque estás en mi cabaña?. -gruñi molesto. No me molestaba su presencia, pero del tiempo que ella se ha pasado en mi caballa desde hace casi dos días por toda la madrugada no pude dormir.

Aunque de hecho no lo necesito.

- Oh vamos. -ella protesto. Dejo de hacer lo que hacía y fue hacia a mi, moviendo sus caderas. - Eres un espécimen raro chico, y a mi me gustan los raros~ -antes de que ella pudiera tocarme, golpee su mano con mi muñeca para que no me toque. - ¡Oye!.

- Afrodita, no voy a follar contigo. -exclame sin tapujos, con desdén en mi comentario ofendiendo a la diosa.

- Mira chico guapo, sexy, caliente y empoderado. -dijo, con comentarios nada que ver y fuera de lugar.- Llevo esperando por un buen trozo de polla desde hace varios siglos. Ares es bueno en la cama pero la misma cosa ya es aburrida. Y debo decir que tú amiguito no se queda para atrás~

Antes de poder siquiera reaccionar a tiempo. Afrodita me había tirado a la cama, mi ropa había desaparecido junto con la de ella dejándonos desnudos. Sus senos golpeaban y chocaban contra mi pecho rozando sus pezones erectiles con los míos.

Decir eso en mi mente suena MUCHO mejor que decirlo en voz alta.

El rostro de Afrodita era pura lujuria, y sus ojos brillaban intensamente como si fuera una depredadora sexual.

Mire debajo mío, mis instintos carnales me habían traicionado ante la tentación.

- Hoy quiero que me rellenes como pavo de año nuevo. -me dijo en el oído y mordió suavemente el lóbulo de mi oreja, generando en mi cuerpo una sensación muy extraña por todo mi ser. - y que me dejes sin caminar por unos días como mínimo.

Ella empezó a besarme con pasión y morder mi cuello y pecho repetidas veces, tanto así que comencé a corresponder a lo que ella exigía. Mis manos en sus caderas y las de ella acariciando mi abdomen como si fuera una tablilla de oración divina griega.

Logro meter mi miembro dentro de ella para proceder a mover sus caderas de una forma muy placentera, mi cuerpo indestructible pasaba a ser vulnerable ante la carne siendo sometida a los rasguños y arañazos causados por las uñas convertidas en garras por esa diosa lujuriosa.

Un nuevo Semi-Dios (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora