Extra: Gangsta, Kehlani

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—Jefa, ya estoy aquí —habló una mujer, entrando a la habitación e inspeccionó el lugar, intentando encontrar a su jefa pero no la halló.

Se adentró segundos después, percibiendo un fuerte aroma que le causó algo de náuseas, se cubrió la nariz mientras caminaba hacia la ventana para abrirla y dejar que ventilara la habitación.

—Oh... Llegaste antes —dijo una segunda mujer, entrando a la habitación tras darse un buen baño con la intención de eliminar cualquier rastro de fluidos o aroma de otra mujer, llevando una toalla en la mano derecha con la que se estaba secando el cabello y luego la dejó en un cesto de ropa sucia.

La menor se dio cuenta de una tercera presencia, se trataba de una chica que pasó la noche anterior con su jefa y al parecer acababa de despertarse. Se podía oír sus bostezos y uno que otro sonido gurutal mientras se estiraba en la cama de su jefa y se dio la vuelta, dándole la espalda... Ya que estaba desnuda.

La morena avanzó por la amplia habitación sin calzado, yendo primero al minibar de dónde sacó una copa de vino, llevándola en su mano derecha, y tras unos cuantos pasos se detuvo frente a la ventana. Le estiró la mano libre a la menor para recibir un teléfono con la pantalla encendida, mostrando una fotografía muy reciente y tras tal hallazgo, sonreía satisfecha aunque sus comisuras eran demasiado largas y se veía un poco tétrica. Su "compañera" se acercó a ella por la espalda, la abrazó momentáneamente por la cadera y luego deslizó sus manos por su amplio abdomen, el cual se aseguró de manosear a su antojo.

—Vuelve a la cama —susurró la mujer que manoseaba a la morena, dejando besos por su cuello, en toda su zona erógena.

—Me gustaría, pero tengo asuntos que atender.

Ella se dio la vuelta para de esa forma encontrarse de frente con la mujer, le dio el teléfono a la menor que se mantenía a su lado y al tenerla libre, sujetó la mano de su compañera de cama, llevándola lentamente hasta su boca para dejar un beso en la muñeca.

—Asegúrate de llamarme... La pasé bien anoche.

—Lo haré, linda.

La mujer se dio la vuelta para luego ir a tomar sus cosas y tras vestirse, se marchó de la habitación de hotel en donde se encontraban.

Aquella morena movió los hombros, tronando los huesos como una forma de estiramiento y miró a la mujer a su lado, recibiendo nuevamente el teléfono.

—¿Estás segura de que es ella?

—Completamente.

Observó por unos cuantos segundos a su contraria para después ver la fotografía, tratando de encontrar similitud entre dos personas. Pero, prefirió confiar en la información que le dio antes.

—Bien... Se parece más a su madre... ¿Revisaste los archivos familiares?

—Tienen un noventa y nueve por ciento de compatibilidad, son familia.

—De acuerdo... Comencemos con este juego —llevó la copa de licor a sus labios para terminar de beberla y segundos después, se la dio a su acompañante—. Asegúrate de enviarla hacia mí.

—¿Qué vas a hacer?

Siguió de cerca a la mayor dejando un metro de lejanía entre ambas. La vio vestirse aunque a su contraria le daba igual, tenían tal confianza. Tomó una de sus gabardinas para finalizar con su vestimenta y miró de reojo a la chica.

—Jugar, Beifong —respondió con una sonrisa, saliendo de la habitación tras decir eso, siendo seguida por varios guardaespaldas.

—¿Cómo podría? —susurró para sí misma, viendo nuevamente la fotografía y entendió muchas cosas con verla tan a menudo.

  𝔻𝕖̀𝕛𝕒́ 𝕍𝕦 •𝕂𝕠𝕣𝕣𝕒𝕤𝕒𝕞𝕚•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora