Hoy comienza una hermosa mañana. El sol brilla con intensidad, los pájaros llenan el aire con sus cantos, y los niños ríen y corren entre ellos en el parque Marlan. La paz se respira en cada rincón, envolviendo a todos los que pasan por allí. Es casi imposible no sentirse lleno de vida en un lugar así... ¿O tal vez no?
Hoppy estaba en su casa, frente a una enorme sala repleta de trofeos. Cada uno de ellos era testimonio de años de logros en numerosos deportes. Para muchos, sería motivo de orgullo, pero en su corazón había una sensación de vacío. Se preguntaba por qué no se sentía satisfecha, por qué los elogios que recibía por su talento no lograban llenar el vacío. Todos decían que podría ser la mejor deportista de todos los tiempos, pero... ¿De qué sirve tanta admiración si uno no es feliz?
De repente, un fuerte golpe en la puerta resonó por toda la mansión.
Kickin — ¡Hoppy! ¿Estás en casa? — preguntó, insistente, mientras seguía golpeando.
Hoppy — Sí, ya voy. — Respondió mientras se dirigía hacia la puerta. — Hola, Kick. ¿Qué sucede?
Kickin — Vine a buscarte. El grupo y yo queremos jugar fútbol, y nos faltas para estar completos. — Explicó con una sonrisa que buscaba contagiar su entusiasmo.
Hoppy — Lo siento, pero realmente no tengo ánimos para jugar hoy... Tal vez otro día. — Respondió, desviando la mirada hacia la sala, como si el peso de los trofeos la estuviera aplastando.
Kickin — Por favor... Solo un ratito. — Suplicó, poniendo su mejor expresión de cachorrito.
Hoppy — Suspiró profundamente, casi con resignación. — Vale... Vamos... — Dijo mientras salía de la mansión, arrastrando los pies.
Kickin — ¡Excelente! Con tu ayuda, les daremos una paliza. — Respondió, caminando con energía.
Hoppy — Sí... Wujuu...
Kickin — Eso no sonó muy convincente.
Hoppy — ¿Y por qué lo dices? Estoy súper emocionada de jugar. — Intentó sonreír, pero la mueca que hizo estaba lejos de transmitir alegría.
Kickin — Sí, claro... Como digas...
El camino hacia el campo se hizo en un silencio incómodo, roto solo por una breve conversación.
Kickin — Oye, Hoppy, ¿cómo es que eres tan buena en los deportes?
Hoppy — No lo sé... Simplemente hago algunas cosas y me llenan de trofeos y elogios... Pero... Odio ganar siempre con tanta facilidad...
Kickin — ¿A qué te refieres con ganar fácil?
Hoppy — Es como si no hubiera ningún desafío, como si no pudiera ganar con esfuerzo y dedicación. Esa idea me abruma.
Kickin — Tranquila, no quería presionarte... Si prefieres, no vamos al partido.
Hoppy — Sí... Me parece una mejor idea.
Kickin — Bien, espérame aquí, voy a avisarles a los demás. — Dijo, apresurándose a ir.
Hoppy — Vale, te espero aquí.
Kickin volvió rápido, y aunque los demás no estaban contentos con la noticia, aceptaron la decisión. Volvió con Hoppy, que se había sentado bajo un árbol, en un intento de encontrar algo de paz.
Hoppy — Vaya, volviste rápido.
Kickin — ¿Qué puedo decir? Soy increíble.
Hoppy — Sí, claro... Bueno, ¿vamos? — Dijo, extendiéndole la mano con una mezcla de cansancio y afecto.
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𝘾𝙤𝙣𝙩𝙞𝙜𝙤 𝙝𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙇𝙚 𝙈𝙖𝙣𝙨
FanfictionDesde su infancia, Hoppy Hopscotch comenzaría a tomar a la ligera los deportes que amaba, que desde su punto de vista, nadie le era una competencia fuerte lo cual conduciría a su aburrimiento... A pesar de todo, se aliaria con su "Mejor amigo" y emp...