🍰Una "ella" entre nosotros 🍰

🥀Caesar🥀

"Poor little boy"

Manhwa: Rosas y Champagne

La mañana pasaba como cualquier otra en la impecable mansión de los Sergeyev, el personal de servicio cumplía con sus deberes rutinarios desde temprano y tú no eras la excepción, atabas un moño en tu cabeza para así poder trabajar con mayor comodidad, lo primero que harías sería limpiar los ventanales del segundo piso, en realidad no estaban sucios pero esa labor te habian asignado y refutar no era una opción.

Perdida mirando a través de los ventanales los preciosos jardines cubiertos de nieve pura y la fuente en medio completamente congelada estabas ajena a lo que ocurría en el porche de la gran mansión pero tú distracción no duró mucho ya que enfocaste a un grupo de personas y al pequeño hijo de Sasha, Sasha es el jefe de los Sergeyev y el señorito Caesar quien apenas ronda los doce años es su único hijo, el infante estaba de rodillas en la fría nieve que a su alrededor se estaba tiñendo de rojo, el niño tenía la mano derecha sobre su brazo izquierdo, parecía algo de que preocuparse pero el siempre imperturbable Sasha  no se preocupo ni un poco, solo dio una orden a uno de sus hombres y poco después fueron arrojados al pequeño algunas cosas que desde el segundo piso no pudiste identificar bien, Sasha y sus hombres rodearon a Caesar y salieron, similar a cuando sales de casa y dejas a tu perro en el jardín.

Bajaste las escaleras corriendo, tus pies parecían reaccionar a tus emociones y no a tu lógica básica, los sirvientes solo te miraron sospechando lo que harías y no interfirieron, en el fondo ellos querían hacer lo que tú harías pero ninguno tenía la valentía para tener iniciativa.

El gran porche se abrió y tuviste de frente a la pequeña y temblorosa criatura, tiritaba de frío, sus ojos estaban enrojecidos y su mirada perdida, sin emoción alguna, sus labios estaban blancos y secos producto del frío y su cabello dorado estaba despeinado y salpicado de sangre en algunas de las puntas, de cerca pudiste ver qué lo que le habían aventado eran insumos médicos; había jeringas, un kit con pinzas y material de sutura además de  analgésicos y algunas gasas y vendas.

¿Cómo esperaban que un pequeño herido y en shock se curara así mismo?

Arrodillada frente a el después de poner todos los materiales médicos en la bolsa de tu delantal pusiste una mano en su frente, a pesar del clima congelado el niño estaba ardiendo, sus ojos se cerraban del cansancio y dolor que estaba sintiendo, en ese momento el chófer personal del señorito apareció y sin decir nada lo cargó.

-Lo llevaré a su habitación, su padre tardará mucho en volver, podemos ayudarlo mientras tanto-.

Asentiste y sin perder más tiempo entraron, ahora estabas sola con un pequeño derritiéndose en fiebre y una bala en el brazo izquierdo, además de las heridas leves y moretones en todo el cuerpo, cuidadosamente limpiabas la sangre seca de su blanca piel a toques, los moretones eran brutales, de esos que no puedes ver sin imaginar el dolor que producen en la persona -T..ten..go que... Hacer..lo sol..lo-. entre titubeos y temblores Caesar dijo esas palabras.

-El no se enterará señorito, tiene mi palabra y si llega a enterarse la única culpable seré yo, el rubiecito movió de lado a lado la cabeza en negación respirando pesado.

-Shh, shh está bien todo está bien dijiste con voz tranquilizadora a la vez que colocabas un toalla húmeda en su frente, su cuerpo se estremeció ante el contraste de temperaturas pero luego su expresión se relajo -Mejor, ¿no? Mucho más fresquito-. Le seguías hablando, pues aunque Caesar tenía cerrados los ojos parecía entender y no estar del todo inconciente.

Inyectaste en su pequeño brazo sano el analgésico y esperaste unos minutos antes de que hiciera efecto, no querías causarle más dolor de que seguramente ya sentía.