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Manhwa: El chico de las perlas 🦪✨
"Merman"
El olor del desayuno fue el causante de que tú sueño terminará, abriste los ojos lentamente volviendo a la realidad de que no te encontrabas en casa, luego de un suspiro de resignación te levantaste y te pusiste tu bata de seda negra para caminar a la cocina, de dónde provenía el olor a huevos revueltos con tocino y por supuesto a café.
-Buen día, lindo-. Le hablaste al castaño de ojos ámbar y gran musculatura que servía café con suma concentración, acto seguido un pequeño chorro de café caliente cayó sobre su brazo.
-¡Oh por dios! Dooshik! Ya sé, hielo, o quizá mostaza, mi madre decía que era buena para las quemaduras, maldita sea se me olvida que apenas llegamos y no hay nada en el refrigerador.
El chico te miraba con algo de ternura y extrañeza.
-No fue nada, ves? Ni siquiera está inflamado, creo que estás algo tensa por el viaje- dijo sonriendo y mostrándote la zona de la quemadura donde apenas y se notaba un tono más rojizo, con un gesto de descontento te sentaste a la pequeña mesa para dos que había en el centro de la cocina, como una pequeña isla.
-¿Seguro que estás bien? Podemos pasar a algún hospital de paso al acuario- Le dijiste viendo su brazo mientras compartian el desayuno, Dooshik terminó su bocado y te miro, notando la preocupación en tu mirada, últimamente habían sido días de mucho estrés para ti y cualquier detonante por más pequeño que fuera te sacaba de quicio, eras buena ocultandolo pero el era aún mejor descifrandote, ahora mismo no lo has dicho pero estás culpandote por haberlo hecho derramar el café, tu temperamento fuerte te hace culparte por tonterías que no puedes controlar y en días de estrés esto se vuelve aún más común, tomo tus manos por encima de la mesa y carraspeo invitandote a mirarlo, cuando sus miradas se encontraron el castaño sintio el impulso y se dejó llevar, se inclinó sobre la pequeña mesa y dio un rápido pico en tus labios.
-Estoy bien, pero quizá un besito en la zona afectada podría curarme aún más rápido-. Sonrió tiernamente en tu dirección.
-Deberian arrestarte por ser tan hermoso y el mejor hombre que pude encontrar-. Tomaste su brazo y sin quitarle la vista de encima besaste la quemadura que ya no era más que una diminuta mancha roja.
-No pueden arrestarme, no mientras la mejor abogada de Corea sostenga de mi correa- hablo sínico y se inclinó aún más sobre la mesa, sus labios rozando tu oído.
-Soy intocable a tu lado- susurro erizando todos los vellos de tu cuerpo.
Tus labios siguieron deslizándose por su brazo, hasta su cuello, cuando la mesa entre ustedes se volvió demasiado estorbosa ambos se pararon en un abrazo descuidado y necesitado, el no usaba camisa, solo unos pants holgados y tú aquella costosa bata de seda y el cabello descuidadamente peinado en una pinza, aún así era común en su día a día tener arranques de este tipo, juguetones, cariñosos, sensuales y completamente impulsivos.
