Lisa estaba tirada en la cama y su mirada se intercambiaba entre la televisión y su celular, esperaba un mensaje de Jennie.Después de haberle enviado el primer mensaje en Instagram con la ayuda de Rosé, la conversación entre ellas siguió fluyendo por tres semanas y hace dos días tuvo el coraje de preguntarle a la morena si quería juntarse en la plaza o ir a tomar un helado o donde quisiera. Obviamente recibió una respuesta positiva y habían arreglado verse hoy, pero ninguna contó que el clima sería su mayor enemigo.
Llovía a cántaros, los relámpagos se destellaban en las nubes oscuras y los sonidos de los truenos resonaban muy fuertes. Lisa no quería cancelarle a Jennie, así que se le ocurrió trasladar la salida a la plaza a su casa y le consultó a la morena si estaba de acuerdo, por lo que otra vez recibió una respuesta positiva.
Su celular vibró, era el tan esperado mensaje de Jennie diciéndole que estaba por llegar. Se levantó de la cama, movió la cortina de la ventana para echar un vistazo rápido a la calle y corrió a las escaleras, saltando los últimos tres escalones cuando escuchó el timbre.
"Hola" -saludó agitada, esa había sido la corrida de su vida.
"Hey" -respondió Jennie sosteniendo un paraguas, si bien el taxi la había dejado a solo unos metros de la puerta, por nada dejaría que su pelo se mojara- "¿Estás bien?" -veía a Lisa respirando por la boca.
"Oh si" -justo se escucharon truenos- "Pasa" -la morena cerró el paraguas y entró inspeccionado los rincones de la casa- "Puedes dejar el paraguas ahí" -la pelinegra señaló al trapo de piso a un lado de ella- "¿Quieres algo para tomar? ¿Comer?" -se acordó de su mamá cuestionar a sus amigos con esas preguntas y los estúpidos siempre le respondían con una sonrisa que sí.
"No, gracias"
"¿Quieres ir a mi habitación?" -preguntó y la reacción de Jennie fue levantar las cejas con una media sonrisa para bromear.
"¿Ya? Un café primero, no?"
Lisa abrió la boca, entendió que lo dijo anteriormente sonó con otra inclinación y quiso remediarlo para que Jennie no pensara mal de ella- "N-no...yo no lo decía...yo" -se aclaró la garganta- "Digo, podemos ir a la sala si quieres, pero está mi hermano y no creo que te gustaría q..." -no terminó cuando la morena habló por encima.
"El dolor de culo insoportable está aquí" -Jennie no se olvidaba la existencia de ese nene.
"Sí, el dolor de culo insoportable está aquí" -rio por el apodo, definía perfecto a su hermanito.
"Si no te molesta, preferiría que vayamos a tu habitación" -ni ganas tenía de aguantar la voz chillona de un nene y menos si las molestarían a cada minuto.
Lisa la guio a su cueva, la cual ninguna chica ha entrado jamás, salvo Rosé, y Jennie se deslumbró viendo el gran setup pegado en la pared cerca de la ventana. Este contaba con dos pantallas de computadoras con una webcam, un teclado y un mouse gamer led, auriculares con micrófono sobre un soporte, un cpu gamer y, no podía faltar, una silla gamer. Apretó los labios, era la primera vez que se hablaba con alguien gamer y se perturbó que la pelinegra tuviera un escritorio así. Continuó su recorrido sin decir una palabra hasta detenerse en la mesita de noche y agarrar el marco de una foto, el cual estaba solo Rosé sonriendo.
Ambas se sentaron en la cama una al lado de la otra con la espalda contra el respaldo.
"Quieres mucho a Rosé para tener una foto de ella" -no había ninguna otra en el cuarto y le parecía gracioso que estuviera esa sola cuando la pelinegra ni siquiera aparecía en ella.
"No fui yo" -protestó negando con la cabeza y maldijo a Rosé en silencio, la estaba haciendo quedar en ridículo con Jennie- "Fue su idea y me amenazó si la quitaba de ahí"
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¿Segunda oportunidad? - JENLISA g!p
FanfictionEn una noche de fiesta, una morena posa su mirada gatuna en una chica vestida de traje siendo molestada por su hermano pequeño al otro lado del salón. ¿Quién era esa pelinegra tímida? No era una compañera de clase porque Jennie recordaría si hubiera...