-cap. once

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Aurora se encontraba en la pileta del hotel, disfrutando del sol cálido junto a su mejor amiga, que se recostaba a su lado con los ojos cerrados y una sonrisa de relajación en el rostro. Aunque intentaba concentrarse en la tranquilidad del entorno, los pensamientos de la noche anterior no dejaban de rondar su mente.

La cena con Julián había sido inesperadamente agradable, y eso la desconcertaba. Por un lado, había sentido que la conversación fluía con una naturalidad que no esperaba después de todo lo que había pasado, pero por otro, no podía ignorar el dolor que aún latía dentro de ella, una herida que, aunque sanaba, seguía recordándole el daño que le había causado.

Mientras observaba las ondas en el agua que se formaban cada vez que algún huésped entraba en la pileta, Aurora no podía evitar cuestionarse si estaba siendo demasiada blanda con Julián. La facilidad con la que habían caído en una conversación amena le preocupaba, cómo si los problemas que los habían separado pudieran simplemente ser olvidados con una cena agradable. Recordaba claramente como él la había lastimado, y aunque había disfrutado del tiempo que pasaron juntos la noche anterior, también sabía que las heridas emocionales no se curaban de la noche a la mañana.

¿Estaba dejando que sus sentimientos la llevaran nuevamente por un camino que podría terminar en mas dolor?

Emma, notando la distracción de su amiga, se incorporó en la reposera y la miró con curiosidad.

— Rory, te conozco como si te hubiera parido y se qué hay algo que te está molestando — dijo, rompiendo el silencio que hasta entonces había sido cómodo —. ¿Que pasa? ¿Es por lo de anoche con Julián?

Aurora, todavía pérdida en sus pensamientos, tardó un momento en responder.

— Sí, no dejó de pensar en eso. No esperaba que la cena fuera... bien. Fue raro, en el buen sentido, pero raro. Después de todo lo qué pasó, no se si debería estar sintiéndome así.

Emma asintió —. ¿Sentir que? — preguntó —. ¿Contenta por que la pasaste bien, o preocupada porque las cosas se sintieron normales entre ustedes? 

— Supongo que ambas cosas — la cordobesa frunció el ceño, tratando de ordenar sus pensamientos —. La verdad, que cuando acepte ir a cenar con él, pensé que iba a ser todo muy incómodo, que las heridas iban a estar muy presentes... pero no fue así. Hablamos, nos reímos, y por un momento, casi olvide todo lo qué pasó entre nosotros — admitió —. Y eso es lo que me preocupa... ¿como pude olvidarme tan fácil? ¿No estoy siendo muy blanda con él?

— Rory, no se trata de ser blanda o no — sonrió la rubia suavemente —. A veces, cuando tenés una historia tan larga con alguien, las cosas buenas también pesan. Los recuerdos, las risas, esos momentos en los que todo parecía perfecto. No es que te olvides del daño que te hizo, es solo que tu corazón también recuerda todo lo bueno que compartieron. Es normal.

Ante aquellas palabras, Aurora sintió un nudo en el estómago. Las palabras resonaron en su mente, trayendo consigo una oleada de emociones que había estado intentaron suprimir. Era cierto, había momentos con Julián que habían sido realmente felices, momentos que ella atesoraba, y aunque se había esforzado por recordar sólo el dolor y la traición, no podía evitar que esos recuerdos felices emergieran con fuerza. Se dio cuenta de que, en su intento por protegerse, estaba negando una parte importante de su historia con él.

— Pero, ¿y si estoy dejando que esos buenos recuerdos nublen mi juicio? — miró hacia el agua de la pileta, pensativa —. Se que lo que hizo estuvo mal, que me lastimó profundamente, y que si le doy otra oportunidad, podría volver a pasar. No quiero pasar por eso de nuevo. Pero tampoco quiero pasar el resto de mi vida preguntándome que hubiera pasado si le daba una segunda oportunidad.

𝐇𝐎𝐖 𝐘𝐎𝐔 𝐆𝐄𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐈𝐑𝐋 | Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora