la apuesta

carmesí

—Porque no podría soportar que tú también me abandonaras— dijo finalmente en un hilo de voz.

—Que? — dijo en un susurro Martin, estático, sorprendido por la confesión del maño

—Desde el primer momento en el que vi que me veías de verdad supe que no podía permitírmelo joder —masculló nervioso, enredando sus dedos en su desordenado pelo —Todo el mundo se acaba cansando de mi y acaba yéndose, me hicieron mierda Martin joder, joder —seguía diciendo.

—Te puedes tranquilizar por favor? —preguntó en tono tembloroso.

—Me he empeñado todo este tiempo en alejarte de mi, en caerte mal, en ponértelo imposible; porque sabía que no iba a ser capaz, que esto iba a pasar —decía ofuscado —Y has terminado de joderlo todo.

—Juanjo puedes —no pudo continuar ya que Juanjo volvió a hablar.

—No, no puedo nada, no— gritó agobiado —No puedo seguir así joder no puedo— seguía diciendo —Me prometí no volver a ser así, no volver a permitirme esto, a no volver a hundirme en la mierda de siempre y es todo tu culpa dios! —gritó algo mareado.

Martin no pudo más, sin poder aguantar todo lo que estaba diciendo su compañero, acortando la distancia que los separaba en la habitación, colocándose frente a él, mirándole a los ojos mientras los veía soltar lágrimas desoladamente.

—Ya —sonó firme —Basta Juanjo ya está bien —terminó por decir, mientras que Juanjo se sentó agotado en la cama.

—Se que no tiene sentido, lo sé —comenzó a decir más calmado —Ni siquiera se como ha pasado; esa estupida sonrisa con la que miras a todo el mundo siempre... o tú frustrante compañía supongo... —escupió —Déjalo no sé ni que estoy diciendo, voy a ducharme —terminó por decir tras unos segundos callado, agachando la cabeza y tratando de pasar por el lado del vasco

Sin embargo, no se lo permitió, lo agarró del brazo, situándolo frente a él, permitiéndose unos segundos de vuelta en silencio; únicamente mirándole...

—Cierra los ojos Juanjo —le dijo en un tono casi de súplica.

—Déjame por favor —susurró mordiéndose el labio, tratando de no romperse más aún...

—Confía en mí, venga lo del avión salió genial, confía de nuevo en mi —dijo en el mismo tono.

Tras unos segundos únicamente mirándose en silencio, los cerró mientras suspiraba, sin confiar demasiado en que aquello saliera bien...

Martin se puso de puntillas, acunándole la cara con una suavidad y un cuidado que el maño no había conseguido sentir jamás... cosa que le hizo estremecer.

Y le rozó los labios con tranquilidad, sin considerarse aquello ni un beso casto, simplemente posando con cuidado sus labios por unos segundos contra los suyos.

Quizás el vasco esperaba que se apartara, que lo mandara a la mierda, cualquier cosa... menos lo que hizo.

Juanjo se dejaba hacer, mientras que lágrimas resbalaban lentamente por su rostro, pequeño.

—Lo ves —dijo Martin al separarse de él, mientras que este aún seguía con los ojos cerrados, sin querer afrontar la realidad —No pasa nada Juanjo, estoy aquí, no me quiero ir —se quejó poniendo una mueca de disgusto...