efímero

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Juanjo nunca se había sentido tan mal en toda su vida; y eso que había estado hundido en la mierda en demasiados momentos... sin embargo, escuchar al chico al que le había casi entregado todo su corazón, decir aquello, le rompió demasiado como para poder quedarse ahí...

Y salió corriendo, lo más rápido que le dejaba su tembloroso cuerpo, pensando que cojones había hecho mal esta vez para que el vasco jugara de aquella forma tan sucia con sus sentimientos... más aun cuando este sabía lo mal que lo había pasado y el miedo que tenía de que la gente que quería se cansara el...

Le había dicho que le quería...  y esas dos palabras se repetían una y otra vez en su desgastada cabeza...

Juanjo corría calle abajo, sin rumbo alguno, ansiando coger el primer vuelo que saliera y largarse de allí, lejos de el, lejos de Martin.

El vasco, por su parte, colgó la llamada en cuanto se dio cuenta de que lo había echado todo a perder por no tener el suficiente valor como para contárselo a su amiga... había perdido lo único que parecía importarle de verdad.

En cuanto salió del shock que le produjo aquella situación, salió corriendo de allí, con lágrimas acumulándose en los ojos, amenazando con ser derramadas en cualquier momento...

"Como se me ha olvidado la puta apuesta joder" pensaba mientras corría tratando de localizar al maño "Debería de habérselo contado dios" se maldecía frustrado "Juanjo venga por favor"

Cada uno caminaba en una dirección, sin cruzarse en ningún momento... Juanjo seguía temblando mientras lloraba desconsoladamente en algún punto de la isla... mientras que el otro muy lejos del suyo, andaba desesperado necesitando encontrarlo.

2:45 a.m - Nada

—Juanjo por favor, entiendo que no quieras hablar conmigo pero por favor solo dime que estás bien—decía desesperado grabando un audio.

3:15 a.m - 5 llamadas perdidas

3:32 a.m - Seguía sin aparecer

Martin, desesperado y muerto de sueño, decidió volver al hotel, después de hora y media tratando de encontrarlo y de miles de llamadas y mensajes más de los cuales no obtuvo respuesta.

Se sentía sucio; la peor persona del mundo.

"Juanjo, ya estoy en el hotel, voy a dormir en el sofá, dejo la cama para que duermas solo y tranquilo, pero por favor vuelve ya, no conoces esto, por favor no hagas ninguna gilipollez" le escribió al maño "Mañana intento que nos den otra habitación para que te quedes tu con esta" fue lo último que le mandó... con la estúpida esperanza de que volviera.

5:18 a.m

Martin se despertó un par de horas más tarde y el primer impulso que tuvo fue ir hacia la cama, necesitando que Juanjo estuviera ahí...

Y una presión que nunca había sentido se instaló de golpe en su pecho... impidiéndole casi respirar al ver que no estaba.

—Joder, Juanjo, joder —decía recorriendo toda la habitación, con la pequeña esperanza de que estuviera en el balcón, o en el baño... o en cualquier otro sitio.

Y en el máximo silencio de la noche, sintió unos pequeños golpes, casi imperceptibles, en la puerta.

"Tiene que ser el, por favor" pensaba mientras recorría la habitación, corriendo, con lágrimas en los ojos, desesperado...

Y un pinchazo doloroso le recorrió toda la columna, al ver al chico que quería en ese mismo estado en el que se lo encontró la primera noche...

Juanjo estaba tirado en la moqueta, frente a la puerta de la habitación, con la ropa sucia de vete tu a saber que, oliendo a alcohol y a otras sustancias que Martin no supo identificar, con los ojos rojos e hinchados... aunque el vasco no supo si era de llorar o de todo el alcohol que había consumido...

la apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora