la apuesta

nuestro plan

"Enamorarme de ti"

Aquella frase retumbaba una y otra vez en la cabeza de Juanjo, haciendo que se sintiese mareado, aturdido, incluso confundido... Jamás nadie le había admitido aquello, nunca; ni siquiera algo similar.

Siempre se habían limitado a conseguir lo que querían de el y desecharlo como si no valiera nada... haciéndole incluso creerse aquello.

"Enamorarme de ti" le parecía algo tan fuerte y surrealista... que ni siquiera fue capaz de decir nada; más aun, teniendo en cuenta lo de la supuesta apuesta.

—Juanjo, por favor... —susurraba el vasco, mientras le temblaba la voz, necesitando que dijera cualquier cosa... pero no lo hizo, así que, Martin, volvió a romper el silencio.

—Solo necesito que me escuches por favor — y fue ahí cuando rompió a llorar — Se que es una locura, también que no tiene ningún tipo de sentido pero es lo que siento y —

—Basta — sonó Juanjo firme, interrumpiéndole, siendo incapaz de seguir escuchando aquello —Basta, te lo pido por favor, ya está — dijo mientras daba un par de pasos hacia atrás, negando con la cabeza — Dile a quien sea que te llamara que si, que lo has conseguido, que has ganado la apuesta... pero déjame en paz por favor — dijo esto último con algo de rabia.

—Solo necesito cinco minutos para explicártelo todo, Juanjo venga, porfa— continuó diciendo el vasco —Si después no quieres saber nada de mi te prometo que lo aceptaré y te dejaré tranquilo el resto del viaje... pero por favor, necesito que me escuches —suplicaba Martin, como nunca antes lo había hecho.

—Pero yo no quiero escucharte — escupió de golpe, haciendo que el vasco retrocediera unos pasos inconscientemente — Respeta eso al menos.

Se quedaron uno frente al otro, mirándose con demasiados sentimientos entremezclados como para saber canalizar cada uno de ellos como deberían... Martin se veía incapaz de sostenerse mucho tiempo más en pie, de guardar la compostura... creía que jamás, en toda su vida, había sentido tanto dolor por alguien.

Juanjo, por su lado, no estaba mucho mejor, de hecho, se sentía incluso culpable por hablarle así... pero se sentía peor aun al recordar que le había mentido, que había jugado con el de la manera más sucia posible... aun sabiendo lo que le había costado abrirse.

—Vale, si, está bien — asentía Martin despacio, sin poder siquiera mirarle a los ojos — Te dejo tranquilo si es lo que quieres; pero Juanjo, por favor avísame si en algún momento crees poder escucharme vale? —preguntó con la voz tomada, tratando de no llorar más —Te estaré esperando —fue lo último que dijo antes de girarse, echando a andar por donde había llegado, sin ni siquiera un sitio fijo al que ir.

Juanjo se quedó allí, intentando no ablandarse y salir corriendo tras el... tratando de no gritarle que si, que el también se había enamorado de el por muy raro y precipitado que sonara... realmente, ansiaba por hacerlo... moriría porque todo fuese más fácil, distinto.

Pero no lo era, así que se limitó a verlo marchar, casi arrastrando su cuerpo, haciendo un gran esfuerzo para andar, triste, aparentemente dolido...

Y ahí Juanjo comenzó a replantearse las cosas... "Debería de escucharle?"

Cuando horas más tarde, sobre las diez de la noche, volvía al hotel; un mensaje de Martin hizo vibrar su móvil... haciendo que este se tensara, de inmediato.

"Duerme tranquilo, voy a buscar algún otro hotel que tenga una habitación disponible, aunque la cama no sea tan grande como la otra jaja" leyó

"Lo siento, otra vez, descansa" Fue el último mensaje que recibió Juanjo, antes de volver a bloquear el móvil, sin contestar ni un mísero ok