VI

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Después de tomar aquel baño de tina y de desayunar deliciosamente. Bill se vistió para irse a su casa.

Un pantalón ajustado de cuero, una camiseta de manga larga gris con aplicación de cadenas y una sobria gabardina negra, con botas bajas de motociclista.

Afuera, proveniente del Sena subía una ligera bruma que le daba a la Quai Du Louvre, con la torre Eiffel de fondo, un aire temible. Hacía frío, y se sentía estremecer como si tuviera fiebre. Sintió una corriente que le subía por la nuca, un estremecimiento nada agradable.

Se fue a Chateau Du Plaisence, caminando por los Champ de Mars, en un repentino cambio de dirección

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Se fue a Chateau Du Plaisence, caminando por los Champ de Mars, en un repentino cambio de dirección. Algo le decía que tenía que dirigirse allá, aunque en realidad no tenia pendientes.

Pronto diviso en el horizonte el edificio recargado y elegante de estilo Versalles, con sus muros blancos rematados de esculturas y sus tejas azules grisáceas. Renacentista y majestuoso que recibía a su clientela luego de atravesar un bello jardín muy cuidado.

En una de sus sinuosas sendas que dirigían al parqueadero, atravesando el jardín, Bill diviso una de las camionetas de Georg. Una preciosa Land Rover negra y blindada con una banderilla alemana, estacionada entre al menos otras diez camionetas con características similares, lujosas, blindadas, negras.

Aquello le pareció muy extraño. Aunque sabía que Andreas era uno de los clientes de Georg, generalmente cuando hacian cuentas solía ir Bill también.

Eran negocios fraternos, así los denominaban ellos. Se encerraban en la oficina del PentHouse de Andreas y Bill se quedaba en la cocina tomándose un café o en los camerinos platicando con el staff, ordenando un poco sus espacios.

Aquella mañana no había sido requerido, un piquete le atravesó de lado a lado el corazón.

Cuando estaba apunto de abrir la puerta, está se abrió estruendosamente y apareció Georg sangrando de un costado, sobre su traje carisimo negro. Precedido por su guarura enorme.

-Rapido subamos a la camioneta! - le empujó fuertemente en dirección a esta, Bill atino a obedecer.

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