VII

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Bill camino por la marina rumbo al muelle "Z" en el Port de La Havre a 2 y media horas en auto de París.

Despues de que había sido dado de alta del hospital y que había logrado que Natalie y Joan confiaran en su capacidad para cuidarse solo, recupero el llavero que le había dado, Any, la enfermera en el hospital

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Despues de que había sido dado de alta del hospital y que había logrado que Natalie y Joan confiaran en su capacidad para cuidarse solo, recupero el llavero que le había dado, Any, la enfermera en el hospital. Rento un auto y se encamino a la marina con grandes esperanzas en su corazón, pero también grandes miedos.

El muelle de madera estaba lleno de yates a un lado y a otro, y allí muy cerca del final estaba el 483, con el nombre Devilish en un costado y una bandera ondeante de Alemania en el mástil.

Si bien no era el yate más grande si era uno bastante impresionante, por lujoso y moderno.

Bill salto del muelle al barco sin gran esfuerzo, su altura y motivacion le ayudaban en la faena.

Esperaba encontrar a Georg en el camarote, con su pelo castaño revuelto, esperándolo con esos ojos aceitunados que le fundían con una mirada, necesitaba el tacto de su suave y blanca piel

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Esperaba encontrar a Georg en el camarote, con su pelo castaño revuelto, esperándolo con esos ojos aceitunados que le fundían con una mirada, necesitaba el tacto de su suave y blanca piel. Pero, en cambio, encontró la nave en silencio, flotando en una calma insulsa.

-¿Hola?...-dijo Bill atento. Pero nadie le devolvió el saludo.

Atravesó la salita, bajo al camarote, camino por la popa y la proa, no encontró nada inusual. Se descalzo y se sentó en el borde a pensar. Por algo Georg había dejado esas llaves allí, quería que el encontrará algo.

- ¿Pero, qué?- musitó viendo sus pies rozar el agua..

¿Querría acaso, Georg, que navegara a algún sitio o tal vez pensaba que era un buen lugar para encontrarse? Entonces fue a la cabina, era el único lugar que no había visitado aún.

Allí en el tablero había un cajón con llave, introdujo la llave con la "z" que había estado acariciando por dias, la giro, el cajón cedió abriéndose con un clinck metálico. Dentro había una elegante bolsa de cuero negra.

La extrajo y de inmediato la abrió para ver su contenido, en medio de un desasosiego que avisaba que no era lo que el quería.

Dentro de la bolsa encontró un pasaporte, visa, credenciales y tarjetas a su nombre. En el fondo había también un sobre blanco, lo abrió rápidamente con cierta desesperación, dentro había una carta que envolvía un boleto de avión a Nueva York, la carta decía:

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