VIII

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-No... estoy en el hospital, Joan- Bill caminaba distraído rumbo a la cama del accidentado- no, no me ha pasado nada a mi, no te preocupes,...por qué lloras? - se pegaba más el celular porque los ruidos de las sirenas de las ambulancias, dificultaban escuchar adecuadamente. Camino por los pasillos iluminados y muy blancos del área de urgencias del Ucla- no,  es que por mi culpa alguien tuvo un accidente...-casi tropezo con un maquina pero logro esquivarla-no te tienes que preocupar-le dijo tranquilizador-..si..si parece que ya lo van a dar de alta, me pidieron que pasará para ayudarle...te llamo más tarde.

Cuando al fin colgó estaba de frente con el sujeto de la motocicleta. Este descansaba en una camilla,  con los ojos cerrados mientras,un enfermero le retiraba la venoclisis. De pronto reparó en Bill.

-¿Bill?- dijo asombrado Pero con una gran sonrisa, las trencitas se le agitaron cuando intento levantarse. El enfermero le sonrió a Bill

- ¿Usted es su novio?- le dijo colocando una curita redonda en la mano de Tom, alli dónde habia estado la aguja del suero.

Bill nego con la cabeza, con expresión sorprendida.

-¿Tom?...no tenia idea-luego observo el casco abollado en un departamento abajo de la camilla, una expresion culpable apareció de inmediato en su rostro- ...lo siento tanto.

El enfermero los observaba atento

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El enfermero los observaba atento. Con los documentos de la alta en sus manos.

- ...¿ de modo que tú saltaste de la nada frente a mi motocicleta?- le dijo Tom elevando una ceja inquisitivo.

-Necesito que alguien firme tu alta, guapo- le tendió una pluma a Bill- ¿es usted su familiar o alguien que puede hacerse cargo del señor Trumper?

- Claro que si- interrumpió Tom, no le apetecía pasar más tiempo en un hospital.

Bill asintió y firmo rápidamente dónde le indicaron.

-...lo siento-volvió a decir cuando el enfermero se fue de la habitación.

-¿Qué tal si me ayudas?- le dijo Tom cortando las palabras culpables de Bill-... ¿puedes decirme que ha pasado con mi motocicleta?

-...los del seguro la movieron al estacionamiento, salvó algunos raspones...-dijo Bill mordiéndose el labio inferior, haciendo de manera inconsciente que Tom reparará nuevamente en aquellos- pero, no pretenderas usarla, ¿o si?

- No puedo dejarla aqui- le dijo Tom con sencillez.

-No, claro que no- concluyó Bill-... Pero tampoco deberías  conducir...lo haré yo.

-¿Tú...sabes conducir una moto?-dijo Tom asombrado, porque Bill no pegaba nada con la imagen de club de motociclistas. Aquel pelinegro si que tenía sorpresas bajo la manga- No es lo mismo que una Vespa...

-Lo sé...- dijo Bill levantando una ceja, un poco irritado- espera aquí, iré a buscarla, no te muevas- le dejo sentado en un macetero de cemento de la  entrada al hospital.

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