Soie

IX

-...Creo que será mejor que me vaya- dijo Bill, tomando su ropa, turbado en parte.

¿Cómo era posible perder el control así? Tan repentinamente.

Lo cierto es que Tom le había gustado desde aquel día en la barra, cuando se acercó en el evento del Certamen de Drags de L. A.

Se recriminó ajustando el botón del pantalón... No había hecho algo como eso jamás.

Aún sentía los besos húmedos de Tom por cada parte donde los había dejado, se habían vuelto indelebles. Las gotas del sudor más placentero que hubiera podido transpirar, aún le recorrían la frente y la espalda, provocándole frío.

Tom por su parte lo observaba desnudo, sentado al borde de la cama. Exudaba pasión contenida, sin embargo...

Sin embargo, no sabía si quería contenerla por mucho tiempo...

Tenía tremenda vista.

-...En verdad no creo que necesites irte tan pronto Bill - le dijo observando como resbalaba la camiseta a su lugar, y de un brinquito ajustaba su pantalón a las largas piernas

...-Me gustas...



Aquellas palabras congelaron momentáneamente a Bill. Le miró con inquietud.

-...Yo- se mordió el labio inferior.

Tom se acercó a él, le acaricio la mejilla y llevo la mano de Bill a su pecho. Suspiro profundo y entonces Bill noto el latido del corazón de Tom.

Aquella mano se hundio profunda en su piel. Le Atravesaba como nadie mas lo había hecho antes.

-suspiro sonoramente-...conozcamonos mas- le dió un beso en la mano devolviendosela y procediendo a vestirse.

- En serio, Tom ... creo que hoy conociste bastante - dijo Bill sonriendo.

-¿Eso es un no?- dijo acercandosele nuevamente, está vez con los boxer y una de sus playeras ya en su lugar.

Hasta quedar a un palmo de Bill, aquel sintió la respiración tibia de Tom, humedeciendole los ojos, le recorría los párpados y las pestañas.

Su humedad se pegaba a su piel, como una brisa vaporosa, también la sentía adentro.

Le miraba fijamente, con esos ojos profundos y ese piercing en el labio, irresistible.

Daban ganas de pasar la lengua de nuevo por el metal en aquella carne y saborear esos labios demandantes.

Las manos, la piel, la mente comenzaban a cosquillearle ante la visión de las trenzas negras de Tom.

- ... estoy seguro que hay más por conocer- añadió con voz ronca, trazando con un dedo un camino por el arco de cupido de los labios de Bill.

Le dió un beso suave y procedió a ponerse su pantalón.

Bill sopeso aquella posibilidad, por unos momentos.

Seguramente que sí había algo más que conocer de Tom, algo más escondido en su piel, o en su sique.

¿Lo quería conocer?

Hacía mucho que no se sentía asi.

La sonrisa de Georg le acaricio la memoria..."Vive por los dos". Le dolía recordar aquellas líneas.

La verdad es que no había logrado ni vivir para el mismo. Fallaba en la misión autoimpuesta de llevar a Georg consigo en su corazón, coexistiendo en la manera mas perfecta del amor.