Estaba repartiendo galletas que hizo mi madre y cuando llegue a la sala, estaba Harry sentado en un sillón solo y en otro sillón mi papá.
Me senté al lado de Harry y nos miramos a los ojos. Mi papá carraspeó y se fue.
Tomé una galleta y le dije:— Abre la boca — acerque la galleta a su boca — ¿No confías en mi? — acercó su boca a la galleta y la mordió.
— Rico — dijo con una sonrisa.
— Déjenme sentarme — dijo Ron llegando y con una bandeja llena de galletas. Harry y yo nos separamos y Ron se sentó entre los dos — ¿Quieres? — le ofreció una galleta.
— No, gracias. No — le respondió y Ron se comió la galleta.
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Subía las escaleras para ir a mi cuarto, encontré a Harry sentado en un escalón y se levantó al verme.
— ¿Ron se fue a dormir? — le pregunté.
— Em, aún no — me respondió.
— Tu cordón — dije al ver que tenía los cordones desamarrados. Me agache, se los amarre y me volví a levantar — Feliz navidad, Harry — lo mire a los ojos con una sonrisa.
— Feliz navidad — nos acercamos poco a poco, pero se escuchó una fuerte ráfaga.
Miramos por la ventana y fuego empezó a rodear la casa. De la nada apareció Bellatrix y ella se fue abriéndose paso por el fuego.
Cuando me iba a girar a ver a Harry, este ya no estaba. Baje al primer piso y me acerqué a la puerta. Vi a Harry salir por las llamas.
Algo en mi cuerpo hizo que corriera en la dirección en la que Harry se fue.
Corrí entre los pastizales y llegue al centro de los pastizales, la tierra estaba llena de agua.
Escuché un ruido, me gire para ver y vi a Greyback, el hombre lobo buscado por el Ministerio, mirado me con perversidad.
— ¡Desmaio! — dijo Harry apareciendo detrás de mi.
Greyback se defendió del encantamiento y se fue en su humo negro. Escuchamos ruidos a nuestras espaldas y alzamos las varitas por si nos atacaban.
— ¡HARRY! — se escuchó la voz de mi papá llamándolo.
Aparecieron encantamientos a diestra y siniestra atascándonos. Nosotros nos defendíamos mientras esperamos a que llegue mi papá con los demás.
— ¡__________! — era la voz de papá, llegaba con Remus y Tonks.
Harry y yo nos abrazamos por la espalda mientras nos defendíamos.
Los encantamientos pararon y el humo negro apareció y se dirigió a La Madriguera.
— Molly — dijo papá.
Corrimos de regreso a La Madriguera, pero llegamos tarde. Todo estaba hecho llamas.
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