𝐖𝐀𝐒 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 𝐍𝐄𝐗𝐓 𝐓𝐎 𝐌𝐄?┊Atrapada en un romance virtual dentro del vibrante mundo de "Love and Deepspace", Ashaely se enfrenta a la aterradora realidad de no poder escapar. Mientras su corazón se inclina hacia uno de l...
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El miedo a las diferencias entre mundos, una semana atrás, se había transformado en una furia contenida que Asha canalizaba con cada golpe al saco de arena. El sudor caía de su rostro empapado, cada gota una expresión de su ansiedad.
No había espacio para el descanso, la mente obsesionada con la Zona N109, con la posibilidad de llegar allí. El broche, un regalo del destino, ahora brillaba en su uniforme, un faro de esperanza. Debía recopilar información antes de partir, y los contactos de Rafayel eran su única opción a través de Destiny. Pero convencerlo no era fácil, el chico exigía algo a cambio.
El ambiente era denso, cargado de la pasión y la determinación que los cazadores que la rodeaban notaron. Pero Asha no podía dejarse distraer por la curiosidad de los demás. La adrenalina corría por sus venas, alimentando su concentración. Un impulso repentino la llevó a golpear el saco de arena con una patada poderosa. La arena salió disparada, creando un torbellino fugaz.
─Oh no. ─no podía creer lo que había hecho. Su mano se alzó instintivamente a su cabeza, mientras la vergüenza la inundaba, tiñendo sus orejas de un rojo intenso.
─¡Buena patada! ─gritó alguien a lo lejos.
─Tu determinación es notable después de lo que pasó con Jenna y el broche. ¿Qué te dio esa fuerza?
El cansancio la había dejado sin aliento, su respiración se entrecortaba como un motor a punto de apagarse. Pero al ver a su amiga, sintió que una calma le inundaba el cuerpo. La morena había estado entrenando con ahínco, enfrentándose a los simulacros de Wanderers que la Asociación de Cazadores había diseñado para la preparación personal. Miró las manos, ahora curtidas y con callos que hablaban de horas de trabajo duro trabajando con la espada.
Luego, su mirada se posó en sus propias manos, sus nudillos cubiertos de sangre. El suelo, salpicado con la arena del saco de boxeo.
─¿Te molesta algo Grayson? Pareces ansiosa. ─sus ojos se posaron en la arena, y con un gesto casi instintivo, se agachó para sentirla entre sus dedos.
─Rafayel.. ─quiso buscar las palabras correctas.
─Aún lo intento. ─con un gesto brusco, sacudió las manos y se puso de pie nuevamente. La mirada de Asha, llena de desesperación, le rompió el corazón. Era evidente que ambas ansiaban volver a su vida normal. Entendiendo su angustia, le dio dos suaves toquecitos en la espalda, como un gesto de apoyo silencioso. ─Pero tengo nueva información sobre Sylus.
La pelinegra sintió un escalofrío recorrerle la espalda, su instinto de alerta se encendió. El saco de boxeo y el caos que había dejado a su alrededor parecían insignificantes ahora, un problema menor que otros resolverían.
