𝐖𝐀𝐒 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 𝐍𝐄𝐗𝐓 𝐓𝐎 𝐌𝐄?┊Atrapada en un romance virtual dentro del vibrante mundo de "Love and Deepspace", Ashaely se enfrenta a la aterradora realidad de no poder escapar. Mientras su corazón se inclina hacia uno de l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⎯꯭ׁ⎯꯭⎯꯭ׁ⎯⎯ִ⎯⎯ִ⎯⎯★̷ׁ͟͞⎯⎯ִ⎯⎯ִ⎯⎯꯭ׁ⎯꯭⎯꯭ׁ⎯
El dolor de cabeza era constante, un recordatorio persistente de la presencia de los gemelos. Eran como adolescentes en la cúspide de su rebeldía, llenos de energía y travesuras. Parecían niños de cinco años, astutos y bromistas, ávidos por descubrir cada detalle de la vida de Asha.
Su interés, sin embargo, no era inocente. Se trataba de una elaborada estrategia para obtener información, para alimentar al jefe con detalles de su vida, para aconsejarla, para controlarla. Y habían logrado su objetivo, al menos en parte.
Era apenas mediodía cuando Asha despertó. La enorme mansión se sentía vacía, silenciosa, con una atmósfera extraña. Los únicos habitantes visibles eran los dos gemelos. Sylus no estaba, y aunque Asha quiso preguntar, una extraña reticencia la detuvo. No quería que la interrogaran sobre su interés por él.
En lugar de eso, se dirigió a la cocina en busca del chef, pero tampoco lo encontró. Luke, uno de ellos, la condujo a la mesa, y ambos la atendieron con una formalidad inusual, sirviéndole los platos y acomodándolos con cuidado.
El contraste era sorprendente. La casa parecía abandonada, sin personal de limpieza, sin jardineros. Sin embargo, todo estaba impecable, cada detalle en perfecto orden. No había un solo rastro de polvo, las plantas lucían vibrantes, el jardín era una explosión de colores. Solo estaban ellos: Kieran, Luke, Sylus y ella.
La situación no le pareció tan grave. Simplemente sintió la necesidad de alimentarse, porque su estómago no era responsable del drama que la envolvía.
Recordó la noche anterior, la furia que sentía por Sylus, una furia que, a pesar de ser real, solo alcanzaba un veinte por ciento de su potencial. Se sentía patética. Había tantas cosas que quería decirle, tantas cosas que la atormentaban, pero el miedo la paralizaba. Temía que cualquier palabra que saliera de su boca pudiera terminar con su vida. Además, las palabras se negaban a salir, se atascaban en su garganta como piedras.
Miró la botella de champán rosado que Luke había dejado en el centro de la mesa. Era demasiado temprano para beber, pensó. Pero la botella de champán fue solo el comienzo. Vino tinto, whisky, soju... incluso la cerveza, cuyo sabor no la entusiasmaba, terminó en sus manos. Su resistencia al alcohol, que siempre había sido su fortaleza, se desmoronó como un castillo de arena.
Ahora estaba en el mismo lugar, con la cabeza dando vueltas, escuchando voces lejanas como en un sueño, respondiendo con dificultad, manteniendo la frente pegada a la mesa. El alcohol la había envuelto en una neblina, apagando su capacidad de pensar con claridad, borrando los límites entre la realidad y el delirio.
─¿Qué lugar es ese? ─le preguntó Luke a su hermano.
─He buscado en internet y no encuentro nada. Creo que está demasiado borracha. Ha empezado a decir nombres de lugares que no existen.
