𝐖𝐀𝐒 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 𝐍𝐄𝐗𝐓 𝐓𝐎 𝐌𝐄?┊Atrapada en un romance virtual dentro del vibrante mundo de "Love and Deepspace", Ashaely se enfrenta a la aterradora realidad de no poder escapar. Mientras su corazón se inclina hacia uno de l...
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La pesadez del cansancio se asentaba sobre ella como una capa de plomo, cada músculo de su cuerpo reclamaba descanso. Su mente, embotada por el esfuerzo físico de horas en el gimnasio, se resistía a la claridad, el camino a casa se convertía en una tortura. Las piernas flaqueaban, un débil eco de su resistencia, y el estómago rugía con un clamor sordo, exigiendo la reconfortante promesa de alimento.
Con un golpe seco, cerró la puerta del auto, un sonido que resonaba en el silencio de la noche, un alivio a la fatiga que la carcomía. Se dirigió al edificio, su sombra se estiraba en el asfalto como una sombra de derrota, su mirada se perdía en la oscuridad.
Con pasos pesados, entró al lobby, buscando la fría comodidad del elevador. La universidad, con sus exigencias y presiones, era un monstruo que la acechaba, un enemigo que no le daba tregua. Sabía que debía comenzar a estudiar tan pronto pusiera su tembloroso pie dentro de su hogar, que la amenaza de los exámenes se cernía sobre ella.
El elevador, con su suave vibración, la trasladó a la seguridad de su piso. Su casa, un oasis en la tempestad de la vida, un refugio donde encontraba paz y sosiego.
Mientras caminaba por el pasillo, su cuerpo se relajaba, su mente comenzaba a despejar.
Soltó su cabello, liberándolo de la atadura de la coleta, un gesto inconsciente que simbolizaba la liberación de la presión que la asfixiaba. La puerta de su apartamento, con su sistema de seguridad de huella dactilar, se abrió a su paso, un amanecer que prometía un receso a la tormenta.
Pero la paz se desvaneció en un instante. En el sofá, sumergidas en la luz fría de sus celulares, la encontraron sus dos mejores amigas.
Destiny, de piel chocolate y ojos marrones, maldecía con un tono áspero, su rostro reflejo de frustración. A su lado, Alice, de silencio imponente, parecía enfrascada en un chat, sus dedos tecleando con una precisión que contrastaba con la intensidad de la conversación.
La calma que esperaba encontrar se esfumó, suspiraba, en el silencio de su apartamento, la espera la envolvía.
─Hey, hola Grayson. ─la chica bronceada, aparentemente derrotada por la batalla con su celular, alzó la vista y saludó con un brillo en sus ojos.
─Hola Destiny~ ─caturreó de forma falsa ─¿Qué carajos hacen en mi apartamento? ─ladró.
─Hm, lo de siempre. ─se estiró tal cual gato. ─¿Una partidita de videojuegos?
─No. ─pasó de largo, dejando sus pertenecias sobre la mesa que adornaba el centro de su sala de estar.
El tedio de las ecuaciones matemáticas le apretaba la mente como un corsé demasiado ajustado. La simple idea de un juego, de un respiro, le parecía una afrenta a su anhelo de descanso. Su cuerpo reclamaba la quietud del sueño, anhelaba el silencio que solo la noche podía ofrecerle.
