𝐖𝐀𝐒 𝐓𝐇𝐀𝐓 𝐑𝐄𝐀𝐋𝐋𝐘 𝐘𝐎𝐔 𝐍𝐄𝐗𝐓 𝐓𝐎 𝐌𝐄?┊Atrapada en un romance virtual dentro del vibrante mundo de "Love and Deepspace", Ashaely se enfrenta a la aterradora realidad de no poder escapar. Mientras su corazón se inclina hacia uno de l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⎯꯭ׁ⎯꯭⎯꯭ׁ⎯⎯ִ⎯⎯ִ⎯⎯★̷ׁ͟͞⎯⎯ִ⎯⎯ִ⎯⎯꯭ׁ⎯꯭⎯꯭ׁ⎯
─No puede ser.
No. No. No.
El peso de la vergüenza la obligó a hundirse en la cama, su rostro oculto tras las manos. La imagen de lo que casi había visto por error, la escena de la traición que se había desarrollado frente a ella por Luke y Kieran, se reproducía una y otra vez en su mente.
Habían jugado con ella, fingiendo que su habitación era la de Sylus, y ella había caído en la trampa. La furia que sintió al descubrir la verdad se desvaneció, dejando paso a una profunda humillación que la abrumó. Ahora, con la puerta cerrada con seguro y el sonido de su propio corazón resonando en sus oídos, se enfrentaba al dolor de haber sido engañada.
Con un suspiro reprimido, se hundió en la almohada y se dio la vuelta, quedando boca arriba. El techo, blanco e impersonal, no ofrecía ningún consuelo. La habitación, sencilla y sobria, era la típica habitación de invitados, sin el desorden de la habitación de Sylus, sin sus discos ni la cama gigante. Sin su elegancia antigua.
Se quitó el vestido con cuidado. La tela estaba rasgada en la cola, producto de su huida precipitada en los callejones. El olor a sudor la envolvió, pesado e insoportable.
Se sentía sucia.
Con un movimiento de caderas, entró en la ducha, buscando el alivio que sólo el agua podía brindarle, bailando de felicidad.
El agua caliente le rozaba la piel, la espuma desapareciendo con cada movimiento. Era como un ritual, un momento de introspección que le permitía pensar con claridad. El baño, con su quietud y su propio ritmo, le inspiraba ideas, como si su mente, aburrida de la monotonía del aseo, buscara una distracción.
Sus pensamientos vagaron hacia Sylus. Era un hombre complejo, con una dureza que ocultaba, a veces, un atisbo de compasión. Se decía que ella se parecía a Evelyn, un detalle que le inspiraba una extraña gratitud al ser tratada de buena forma por lo menos a pesar de ser comparada, incluso confundida.
No, la verdad no debería sentirse agradecida por eso.
La necesidad de escapar se hacía cada vez más fuerte. Tenía que encontrar una salida, una forma de romper las cadenas que la mantenían allí. Para ello, debía conocer el lugar a fondo, explorar sus rincones más oscuros, comprender su estructura antes de tomar cualquier riesgo.
Sus dedos recorrieron las suaves ondas de su cabello recién secado, hasta que topó con una prenda sobre la cama. El corazón se le encogió al descubrir un vestido de dormir rojo, demasiado corto para su gusto, pero no transparente. La cerradura, que había comprobado minutos antes, seguía puesta. Algo extremadamente extraño.
