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— Buenos días, príncipe — Comenzó a dejar un rastro de besos desde su rostro a su marca para despertar a su amado, sonrió suavemente al ver los lindos ojos ámbar.

— Buenos días~ — frotó su rostro algo adormilado y observo por la ventana unos segundos frunciendo su ceño. — ¿Por qué tan temprano?...

Observo el reloj, seis a.m.

— Porque hoy es el día, mi vida — los ojitos ámbar brillaron con emoción.

— ¿Es hoy? — asintio suavemente y rio al verle sentarse. — Ya es tarde, no voy a estar listo

El mayor rió suavemente al verle levantarse emocionado, más sin embargo tomo su mano acomodando le en la cama.

— Mi amor aún queda una hora y media para que puedas comenzar a alistar te...por ahora tomemos nuestro último desayuno como novios.

— ¿Último desayuno como novios? — pregunto algo confundido.

— Claro mi amor...a partir de hoy todo lo que hagamos, lo haremos como espositos. — El menor no pudo evitar derretirse de ternura tomando sus mejillas para besar sus labios.

— Te amo, muchísimo — susurro suavemente cuando se separaron.

— Yo los amo aún más, mis pequeños — acaricio la bonita barriga de cuatro meses, para ser un bebé la barriga era grande.

— Ahora sí, a desayunar. — Cargo la pequeña mesita dejandosela en las piernas a su Omega.

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— ¿Cómo te sientes? — pregunto el pelirubio mientras le ayudaba a terminar de colocarse sus zapatitos.

— Nervioso...demasiado...tengo muchas ganas de vomitar Jake hyung — El mayor acaricio la pancita de su mejor amigo.

— Lo se mi vida, lo sé, pero todo estará bien, será la hora más densa de tu vida pero después de eso tu vida dará un giro maravilloso — tomo sus cachetitos depositando un beso sobre su frente.

— Muy bien señoritos, hora de irnos — el menor le ofreció su brazo para que se apoyará.

— Dios siento que me voy a morir — rio suavemente.

— Aún estamos a tiempo de escapar — carcajeo ayudándolo a subir al auto, la hacienda donde estaban estaba lista para la fiesta después de la misa en una iglesia cerca de allí.

El camino era tranquilo, sentía sus nervios jugar en su contra pero trataba de mantener la calma, su corazón latía con fuerza y su bebé daba pequeñas náuseas, Pero fuera de ello, todo iba a bien.

— ¿Que sucedió? ¿Por qué nos detenemos? — frunció su ceño confundido al igual que el par de amigos.

— Disculpe, ¿Por qué nos detenemos? La hora se está acercando — Pregunto el bonito australiano que también tenía una barriguita de ya seis meses.

— Lamento decir que nos hemos quedado sin gasolina — Hablo algo nervioso el chófer cuando sintió el aroma a molestia de parte de dos omegas.

 𝅙ふ𝅙𝅙𝅙¿Sexo?𝅙𝅙𝅙𝅙៹𝅙𝅙Enhypen.𝅙𝅙𝅙ᰭ𝅙𝅙  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora