- porfavor... No hagas esto, fue hace mucho, no quieres hacerlo.
- para mí es como si hubiera sido ayer... Lo revivo cada día, no entiendes nada -sisea la reina roja.
- Fue una estúpida broma - trata de razonar Cenicienta.
- te perdono lo de est...
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La reina admira los pasillos llenos de retratos volver se oscuros y abandonados muros de piedra y humedad. Dolorosamente tétricos, cárceles vacías que llenan de irá su oscuro corazón.
¡¿Cómo se habían atrevido a escapar?!
Trato de mantener se al margen, no explotar, su corazón clamaba rabiosa la sangre de cada persona que ahora debe estar burlándose de ella ¿Cómo se atrevieron? ¡¿Cómo se atreven a burlar se de la reina roja?!
SU REINA.
— felíz, felíz, no cumpleaños, a tí, a tu... —tarareo una voz perdida entre las vacías masmorras.
«esa molesta canción, porfavor Mat, no la cantes... Es dolorosa»
El desazón creció en su pecho, ante el abandono de los prisioneros en el frío y oscuro espacio, dolió, la forma en que esa voz lejana rebotaba por las paredes.
— su alteza —llamaron a sus espaldas, naipes empezaron a llegar casi más rápido que la amenaza de lágrimas.
Ellas no podían caer, no de nuevo, jamás.
Hace mucho que sus lágrimas habían acabado.
— ¿Saben quién fue por fin? ¿Capturaron al causante de esta atrocidad?
Nadie podía ver lo aguados que estaban sus ojos, como le costaba formar oraciones sin que su voz se rompiera, el frío se colaba bajo su elegante vestido, impaciente clavo sus propias uñas en sus manos enguantadas, deseando con tanta ansiedad tener en sus manos la cabeza de quien hizo esto.
Nadie se reiria de ella. No de nuevo.
Felíz, felíz no cumpleaños...
El sonido solo incrementaba su impaciencia y la forma en que los naipes dudaban la desquiciaba.
— ¡Habla de una vez! —bramo, como un eco que calló incluso al último prisionero.
Jugo con la baraja de cartas, deseando lanzar una que le corté el cuello a esos inútiles, de preferencia del inepto guardia.
Ya le estaban pinchando las manos para que confesara que sabía al respecto, al menos así daba el ejemplo.
«que difícil es tener servidumbre hoy en día, Smith jamás me hubiera fallado de esta forma... Si Garfio estuviera a mi lado todo sería diferente... Si Harry y el estuvieran aquí todo sería como debió ser, Red tendría... Los tendría, no seríamos prisioneras»
