- porfavor... No hagas esto, fue hace mucho, no quieres hacerlo.
- para mí es como si hubiera sido ayer... Lo revivo cada día, no entiendes nada -sisea la reina roja.
- Fue una estúpida broma - trata de razonar Cenicienta.
- te perdono lo de est...
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Now take it side to side Lean back like that and glide
La noche siñe sobre la academia Merlin, mientras todos los malvados y ruines se esconden, entre lo recónditos de sus cuevas y más finas telas, descansando de su días de largos deberes e interminables altibajos académicos.
You can do whatever you like That's the shuffle of love
Excepto dos individuos, yendo contra el toque de queda.
Contra las normas de sus mundos, incluso en contra de su deber con sus iguales.
The shuffle of, shuffle of (love) The shuffle of, shuffle of love The shuffle of, shuffle of (love) The shuffle of love
Las barajas en esas tiernas manos salieron volando, desparramándose en el hermoso piso. Un puchero en rosados labios apareció, ante el fracaso tan familiar que la frustró unos momentos. Se había esforzado en mostrar su mejor versión a su espectador más atento.
— arg, aún no me sale esa parte, pero cuando sea el baile lo haré bien, te lo prometo —asegura Bridget, recogiendo las cartas del suelo con paciencia, a la persona en su cama que la veía sin perderse ni un movimiento de su delicado y menudo cuerpo.
Cómo un pez volador, el muchacho de cabello oscuro y penetrantes ojos azules, salto de la cama rosa y pomposa. Arrodillando se con galantes movimientos, cuando su princesa se puso de pie. Riendo, con sorpresa en esos lindos ojos marrones.
— yo creo que lo hiciste más que bien, princesa.
— ¿Hablas enserio, James? —cuestiona la pelirosa. Sintiendo como el pirata se levantaba y jalaba su brazo, para estrechar su cuerpo con el suyo. La mezcla almizclada a madera y mar le encantaba a Bridget, enredo sus manos en su cuello, sonriendo felizmente—. Solo lo dices para que me sienta mejor, eres tierno...
— soy un villano, dulzura, no soy tierno —enfatiza con malicia, divertido. Ambos se rien, cómplices—, y creeme, me era imposible quitar mi mirada de encima de todo “esto”, cada movimiento me tenía hipnotizado ¿Seguro que ese cupcake de pluma de flamenco no tenía algo especial más que mucha azúcar?
— ujum... Azúcar y mucho amor, mucho, mucho amor, sobre todo ese —asiente, divertida. Amaba los brazos de James. Tímidamente se acurrucó en ellos, su saco rojo inconfundible era suave y adoraba que le fuera más cálido al abrazar lo—, eres tierno aunque no lo quieras admitir, ¿Lo sabes, verdad?
