- porfavor... No hagas esto, fue hace mucho, no quieres hacerlo.
- para mí es como si hubiera sido ayer... Lo revivo cada día, no entiendes nada -sisea la reina roja.
- Fue una estúpida broma - trata de razonar Cenicienta.
- te perdono lo de est...
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La mullida cama los hundía a los dos, el roce de sus cuerpos y como se cernía sobre ella era algo que, íntimamente, había soñado, la sensación era otra, como una brasa acariciando su piel y la dureza suave de su torso se pegará a su pecho.
Suspiro, cuando el garfio se enterró en la colcha y varias plumas salieron volando, a la par de dedos largos y astutos trazaban un camino sobre sus medias traslucidas y con pedrería de la más fina en el Inframundo, levantando cada vez el interminable conjunto de capaz de tela blanca y encaje de su vestido de novia.
Como se supone que en unas horas debía cargar frente toda Infratierra y allegados, para que su vida fuera comprometida con el conde de tréboles.
Un noble para una princesa, no un sucio y salvaje pirata que bajaba sus medias y acariciaba sobre el encaje en su entrepierna. Obligando a aferrar se a sus anchos hombros y doblar los dedos de sus pies, mientras la boca de su amado Garfio ahogaba los gemidos de la suya, con la intensidad y desesperación con los que la había unido cuando lo vió cruzar su balcón mientras ella lloraba pensando que seria el día más miserable de su vida.
Su valiente y fuerte pirata, su héroe de brillante gabardina roja, garfio filoso y sonrisa galante.
Su amor.
- J-James... -gime Bridget en un tortuoso susurro, su cabello rojo contrasta tan bien con el tono de su piel y las sabanas blancas. Dedos acarician zonas que no ella misma había tocado, mientras su rostro se torna de un hermoso rojo y la barba crepitante de Hook raspa la fina piel delicadamente maquillada- mmm... J-James ¿Q-Que haces...?
No hay miedo en su tono, jamás lo habría luego de tanto tiempo separados. Sintiendo la profunda traición de Ella al delatar su relación con Hook, encerrada por su padre cuando intento escapar con él, negando su libertad y amor. Ella solo quería estar con Hook, no quería ser la maldita reina que todos amaran, ni la esposa abnegada de un futuro rey, pero peor aún, no iba a soportar este mundo lleno de mentirosos y ruines sin James Hook. Se negaba a ello, incluso antes de lanzarse desde su alta habitación, parecía algo divino que James apareciera, sonriendo y llenando besos y lágrimas su maquillaje especial.
Y por un momento creyó que se había aventado al duro concreto que sería su caída, que ahora estaba en el cielo, un lugar idílico y bonito donde los piratas podían estar con princesas y las rescataban de las altas torres como caballeros. Pensó que había muerto, que esto era un sueño, hasta que la sensación extraña y nueva en su intimidad la hizo estremecer y soltar un grito ahogado.
- James... -murmuro de nuevo, sin tener más respuestas que besos en el cuello y el sonido del garfio desgarrando los cordones y nudos con los que sostenía su vestido.
- reclamo a mí reina -aclara por primera vez, su voz ronca y profunda eriza los vellos de su piel, hace crecer esa nueva humedad que toca Hook bajo la falda-. Me contuve tanto, amor mío... Pensé que un sucio pirata como yo no merecía robar tu inocencia, la primera vez de una dama es algo tan preciado entre la nobleza, tan delicado y único, solo dado al hombre con el que compartiras tu vida... Vine a degollar al que se atrevió a intentar tomar mi lugar, Pero creo que yo mismo puedo tomar algo tan delicado entre mis manos ¿Quién mejor para cuidarte que yo? Tu esclavo y perro fiel, mi hermosa reina...
