Final- Entre promesas

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La noche que siguió a la coronación fue mágica y tranquila, en contraste con el bullicio del día. Las estrellas brillaban con una intensidad inusual en el cielo, como si quisieran celebrar la nueva era que Chanyeol había prometido traer al reino. La habitación real, decorada con elegancia, estaba bañada en una luz suave proveniente de las velas que parpadeaban en las mesitas de noche.

Chanyeol y Kyungsoo, finalmente solos tras un día lleno de emociones y compromisos, se encontraban en la intimidad de su habitación. El ambiente era sereno, con el aroma a cera de las velas y el susurro del viento que se filtraba a través de las ventanas abiertas. El pequeño Baekhyun estaba ya dormido en su cuna, y el ruido del festín y las celebraciones parecía una distante melodía.

Kyungsoo, aún vestido con su uniforme ceremonial, se había sentado en el borde de la cama, quitándose cuidadosamente las botas. Chanyeol, en su atuendo de rey, se acercó a él, sus pasos suaves y firmes. La mirada de Chanyeol estaba llena de amor y deseo, y sus manos se movieron con una delicadeza que contradecía la intensidad de su posición.

—Hoy ha sido un día increíble —dijo Chanyeol, su voz cargada de emoción—. Nunca pensé que llegaría este momento, pero lo hemos logrado.

Kyungsoo levantó la vista, sus ojos reflejando una mezcla de orgullo y ternura. Sin decir palabra, Chanyeol se inclinó y lo besó suavemente en los labios. El beso comenzó como una caricia, pero pronto se volvió más intenso, lleno de la pasión reprimida que había estado construyendo durante semanas.

Las manos de Kyungsoo se movieron por la espalda de Chanyeol, desabrochando lentamente la capa dorada. La ropa ceremonial cayó al suelo, dejando a Chanyeol en una camisa de seda que destacaba la figura de su nuevo rey. Con cada prenda que caía, el deseo de ambos crecía, y la conexión entre ellos se hacía más profunda.

Kyungsoo se levantó, su rostro lleno de un amor que no podía ocultar. Tomó la mano de Chanyeol y lo guió hacia la cama, donde se sentaron juntos, sus cuerpos acercándose en una intimidad que solo se podía lograr en la privacidad de su habitación.

Chanyeol deslizó sus dedos por el rostro de Kyungsoo, acariciando con ternura cada rincón, mientras Kyungsoo respondía con un suspiro de placer. La conexión entre ellos era palpable, y cada toque parecía decir más que mil palabras.

—Quiero que sepas cuánto te amo —murmuró Chanyeol—. No hay nada en este mundo que desee más que estar a tu lado y construir un futuro juntos.

Kyungsoo, con los ojos llenos de lágrimas de felicidad, asintió mientras sus labios se encontraban nuevamente en un beso que combinaba dulzura y pasión. Sus cuerpos se movieron en una danza perfecta, cada caricia y beso llevándolos más allá de las preocupaciones del mundo exterior.

El calor de la habitación se intensificó a medida que ambos se despojaron de las últimas barreras que quedaban entre ellos. La noche se convirtió en un escenario para su amor, y cada gesto y susurro era una promesa de lo que estaba por venir. El deseo y el amor se entrelazaron en una experiencia que era a la vez candente y dulce, reflejando la profundidad de su conexión.

Las grandes manos de Chanyeol se aferraron con firmeza a la cadera de Kyungsoo, mientras el general, con su amplia resistencia no dejaba de 'cabalgar' sobre la extensión del miembro de su ahora rey. Sus labios se encontraban, sus lenguas se reconocían a medida que el sonido húmedo y viscoso de sus cuerpos uniéndose resonaba con fuerza en la habitación.

Algo que amaba Kyungsoo, es como su rey parecía despertar de un sueño profundo y atacar con emoción su punto bajo, moviendo su cadera como si no hubiese un mañana. Le encantaba como llegaba tan profundo dentro de su cuerpo, el como jalaba sus pezones y mordía con hambre su piel con intenciones claras de dejar marcas.

Por supuesto que él no se quedaba atrás, marcaba la espalda firme de su rey con sus uñas, ahora ya no con intención de que cualquier mujer supiera que él era el dueño del corazón de Chanyeol, sino, porque necesitaba aferrarse a algo y no perder el equilibrio. Le fascinaba succionar la piel del cuello de su amado, gemir sin escrúpulos contra su sensible oreja y agradecer a los dioses por permitirle tener la semilla bendita del rey dentro de su cuerpo.

Al final de la noche, exhaustos pero satisfechos, Chanyeol y Kyungsoo se acurrucaron bajo las sábanas, con Chanyeol rodeando a Kyungsoo con sus brazos protectores. La calma y la felicidad llenaban la habitación, y el sonido de sus respiraciones sincronizadas era la única música que necesitaban.

—Este es solo el comienzo —dijo Kyungsoo en un susurro—. Nuestro futuro estará lleno de desafíos, pero mientras estemos juntos, sé que podemos enfrentar cualquier cosa... ahora no quiero ir de nuevo a la guerra, no quiero dejarte solo a ti ni a nuestro hijo.

Chanyeol besó la frente de Kyungsoo y lo abrazó más fuerte, sintiendo una paz profunda que solo se puede encontrar en el abrazo de la persona amada. Mientras el sueño comenzaba a llevarlos, Chanyeol susurró con sinceridad:

—Te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Juntos, haremos de este reino un lugar mejor, lleno de amor y esperanza. No tienes que ir nuevamente a la guerra, o bueno... solo si esa guerra es en nuestra cama. No te alejes de mí. Nunca quisiste escapar conmigo, entonces ahora aférrate a mí y a nuestra familia. Hagamos que nuestro reinado sea el mejor de toda la historia. Mi lindo general, a quien he amado desde mi niñez, ahora por fin eres mío... solo mío.

La noche continuó en un sueño apacible y lleno de promesas, mientras Chanyeol y Kyungsoo se aferraban el uno al otro, listos para enfrentar el futuro con el amor y la determinación que habían demostrado en ese primer día de su nuevo comienzo.


Muchas gracias por leer. 

El Príncipe y el General|| ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora